La tragedia de calle Salta 2141 marcó un antes y un después en la vida de numerosas familias. La terrible explosión por un escape de gas en un edificio del centro rosarino causó la muerte de 22 personas y cientos de heridos. Se trató de la tragedia más significativa de la ciudad de Rosario y a sus 9 años, sigue vigente el pedido de justicia por parte de familiares de los fallecidos y de todos aquellos que de alguna forma vivieron el dolor en primera persona. Todo ese dolor se reflejó en el informe especial que emitió Telenoche (El Tres), con los testimonios que quienes vivieron ese infierno desde adentro

Todos los rosarinos recuerdan aquel día, pero no está de más rememorarlo. Fue el 6 de agosto de 2013, cerca de las 9.30, cuando el sol empezaba a calentar aquella mañana fría. Momento en el que muchas personas ya habían salido del edificio para ir a trabajar, algunas pasaban casualmente por el lugar y otras estaban allí.

"Después de la explosión, yo vuelvo de mi estado de obnubilación y no encontrábamos a mi hijo en lo que era el departamento, que estaba todo derrumbado sobre el piso. Recuerdo querer buscarlo y no ver dónde estaba su habitación, su cama, su colchón. Me acuerdo que cuando levanto un trozo de mampostería, aparece la carita de él, solamente la carita se veía, el resto estaba todo enterrado. Ese es el recuerdo más duro y más vibrante que me quedó en la mente, el momento en que salvamos a nuestro hijo de la muerte”, contó uno de los sobrevivientes, Sergio Ferlatti, quien pudo ser rescatado junto a su mujer y su hijo, pero lamentó la pérdida de su suegro.

“Me paré en la vereda y empecé a sentir un zumbido, como que la cabeza me iba a explotar. Cuando me desperté estaba tirada en el medio de la calle”, destacó Gladis, una comerciante de la zona y agregó “eran impresionantes los vidrios, eran como misiles”.

“La organización fue bastante rápida por la magnitud de la catástrofe que había sentido Rosario. En ese momento éramos todos rescatistas, todos bomberos, no había jerarquía, no había distinción si eras policía o no, si pertenecías a una fuerza o no”, destacó Sergio Pelleti, en aquél entonces bombero zapador.

También recordó el momento que se desplegó una bandera celeste y blanca con la frase “Gracias Rosario”, como símbolo de gratitud a todas aquellas personas que colaboraron con donaciones y organizaron diversas acciones para mantener en pie a las fuerzas que se encontraban trabajando en el lugar. "Estábamos rescatando a una de las víctimas y vemos que se despliega esa bandera y es como eso nos animó a seguir dándole duro sin importar si nos dolía el cuerpo o nos dolía el alma pero seguir sacando escombro por escombro para poder rescatar a esa víctima", agregó Pelleti.

Tras el juicio oral y público llevado a cabo en 2019, hubo once acusados y un solo condenado: el gasista Carlos García. El resto de los acusados estuvo absuelto. El hombre debía cumplir una pena de cuatro años de prisión efectiva, pero en abril de 2021 se le otorgó la prisión domiciliaria debido a su edad y su estado de salud.

“Las personas que quedamos presas realmente somos la familia Gianángelo, porque todos los días nos tenemos que levantar pensando cómo vamos a accionar penalmente y cómo vamos a revertir esa causa", señaló Adrían Gianángelo, sobreviviente y hermano de una joven fallecida.

En el mismo año, el gobierno provincial y un grupo de propietarios de Salta 2141 firmaron el convenio de expropiación del inmueble para la construcción de un establecimiento educativo vinculado a la música y el arte.

Al día de la fecha, en Salta 2141 sólo quedan escombros, algunos trozos de madera de las cruces que fueron clavadas en algún momento sobre el pasto, un preponderante silencio y mucho dolor.