"Séptimo proyecto Rigi presentado", celebró el ministro de Economía, Jose Luis Caputo, luego de que Sidersa confirmara oficialmente este jueves la inversión de 300 millones de dólares para levantar una planta siderúrgica en San Nicolás, que será la más moderna de la Argentina.
Sidersa es el centro de soluciones para la industria más relevante del mercado argentino de servicios siderometalúrgicos. Es una empresa familiar y profesional, de capitales 100% argentinos, con 68 años de historia reinvirtiendo utilidades en el país. Y tiene la part icularidad que los dueños son oriundos de Rosario.
El grupo industrial presentó hace tres meses su proyecto. La novedad es que este jueves su carpeta se sumó al listado de empresas que buscan ingresar al Régimen de Grandes Inversiones (Rigi), que establece ventajas impositivas y cambiarias, a los nuevos desembolsos.
Además de ser la primera planta siderúrgica en construirse en 50 años, se convertirá en una planta única en América Latina por sus altísimos estándares de calidad, y la más sustentable del mundo por su tecnología de cuidado ambiental (reciclado de chatarra, integración de producción y ahorro de energía).
Según detalló Sidersa, el financiamiento de BID Invest, que suma US$100 millones, se destinará para la compra de dicha maquinaria a una compañía italiana. Esa tecnología internacional es considerada como “la más sustentable del mundo”, ya que, tal como informó la empresa, utiliza reciclado de chatarra e integra producción con ahorro de energía. Por eso el proyecto recibió el nombre de planta siderúrgica greenfield. “Siempre a las fábricas las ven como súper contaminantes y puntualmente esta va a ser todo al revés”, describieron.
Inversión y empleo
Esta iniciativa, que comprende US$ 100 millones destinados a la tecnología importada y US$ 200 millones a producción nacional, permitirá abastecer al mercado con insumos, como el hierro de construcción, indispensables para la producción nacional y la generación de exportaciones.
La iniciativa permitirá crear 300 puestos de trabajo directo de calidad y 3.500 indirectos en los sectores de la recolección de chatarra y la construcción, entre otros. Además, generará 360.000 toneladas anuales de hierro de construcción e hicieron hincapié en que hace 50 años que no se construye una siderurgia integrada en el país.
Las inversiones anunciadas representan un apoyo local a las cadenas de producción nacional, asegurando su abastecimiento. También, se estiman exportaciones del 30% de la producción, en función de la demanda local, que equivalen a US$ 100 millones anuales.
El proyecto prevé incorporar tecnología de última generación, que permite un menor plazo de construcción, mayor productividad y cuidado del medio ambiente, con emisiones de CO2 por la mitad de las tecnologías convencionales.
Según se anunció, se construirá de manera íntegra tanto la etapa de acería como de laminación, permitiendo sustituir importaciones anuales y reforzar el impacto positivo en la balanza comercial. Esto permitirá además recuperar inversiones en el corazón siderúrgico del país, donde se podrá trabajar con la comunidad local para reactivar carreras universitarias y terciarias relacionadas con el sector. Así, se podrá capacitar a los jóvenes de hoy con la tecnología del mañana.
Por su impacto económico, sus características tecnológicas únicas y la relevancia de las inversiones requeridas, este proyecto se convierte en una iniciativa estratégica para nuestro país.