La Justicia federal de Rosario condenó al líder de una banda narco que vendía éxtasis y cristal junto a otras seis personas, entre las que se encuentra su novia y dos policías de Santa Fe. Se trata de Emilio Martín Tisera, conocido como “Emi Trix”, que recibió una pena de 7 años de prisión.

El veredicto fue dado a conocer por los jueces Mario Gambacorta, Eugenio Martínez y Osvaldo Facciano, que integran el Tribunal Oral Federal Nº 3 de Rosario, al cabo del juicio contra Tisera y su novia Julieta Valenzuela, quienes habían sido detenidos en 2022 por producir y comercializar droga en fiestas electrónicas y gimnasios bajo la modalidad delivery.

La instrucción de la causa estuvo a cargo del fiscal Javier Arzubi Calvo, de la oficina de Criminalidad Económica, Trata de Personas y Delitos Complejos del Área de Investigación y Litigios de Casos Complejos, y de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) Región NEA. En la etapa de juicio, intervino el fiscal Federico Reynares Solari, titular de la oficina Litigio Oral Estratégico.

La sentencia condenatoria para Tisera fue de 7 años de prisión e inhabilitación absoluta por igual término al de la condena, como autor del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia con fines de comercialización agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada.

Reconocido en redes sociales con el apodo de “Emi Trix”, este hombre de 35 años se movía en un auto marca BMW con el que proveía drogas de diseño a esferas sociales de clase media y alta, en fiestas electrónicas, y vivía en un condominio residencial ubicado en un sector exclusivo de la costa de Rosario. Además, tenía acceso a un departamento en el microcentro donde acopiaba pastillas.

En el caso de su novia, Valenzuela, quien tenía miles de seguidores en la red social Instagram y lo acompañaba en el negocio, la condena fue a 3 años de ejecución condicional y reglas de conducta al ser considerada partícipe secundaria del mismo delito que su pareja.

Los otros integrantes, condenados en un juicio abreviado

Otros cinco imputados –dos de ellos policías que oficiaban de dealers y custodios– terminaron condenados en un juicio de trámite abreviado que la fiscalía acordó con las defensas y que el TOF N°3 rosarino homologó el 29 de noviembre último.

Dos de ellos son el suboficial de la policía de Santa Fe Nicolás Balzi y su novia Gabriela Celia Techera Menéndez. El agente que se desempeñaba en la seccional 2ª de Cañada de Gómez (70 kilómetros al oeste de Rosario), hacía delivery de éxtasis y cristal que le proveía Tisera en gimnasios, a domicilio y en vía pública.

La pena acordada para Balzi fue de 6 años y 4 meses de prisión, inhabilitación especial e inhabilitación absoluta por igual término por considerarlo autor penalmente del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia con fines de comercialización agravada por su calidad de funcionario público encargado de la prevención o persecución de los delitos previstos en la Ley N°23.737 de Estupefaciente.

A su novia le impusieron la pena de 3 años de prisión de ejecución condicional y reglas de conducta por igual término, al ser considerada partícipe secundaria del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia con fines de comercialización.

El grupo contaba con otro efectivo de la misma fuerza provincial implicado, Leandro Miranda, con funciones en la Policía de Investigaciones (PDI) y en la Comisaría Nª 6 de la localidad de Peyrano. Según lo acreditado en la investigación del MPF, este hombre frecuentaba un gimnasio con Balzi, vendía drogas y a su vez era custodio de Tisera, a quien le garantizaba el cobro de deudas originadas por el comercio de pastillas. A ellos se acoplaban Benjamín Bernasconi y Pablo Padalina como dealers o revendedores.

Miranda, Bernasconi y Padalina fueron condenados a 3 años y 6 meses de prisión, e inhabilitación absoluta por igual término al de la condena como partícipes secundarios del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de tenencia con fines de comercialización, agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada. En el caso de Miranda, la figura se agrava por su calidad de funcionario público encargado de la prevención o persecución de los delitos previstos en la Ley N°23.737, por lo que también se dispuso su inhabilitación especial por el mismo tiempo de la condena.

El caso

Los hechos ventilados en el proceso judicial se iniciaron en enero de 2022 con una denuncia ante la Policía Federal sobre la actividad ilegal que realizaba el policía Balzi. Según la presentación de un informante, comercializaba pastillas de MDMA (éxtasis) y cristal en fiestas electrónicas y bajo la modalidad de delivery.

Así, bajo la instrucción del fiscal Arzubi Calvo, la PFA realizó seguimientos, tareas de inteligencia e intervenciones telefónicas sobre las personas citadas y, en el caso de Balzi, también sobre su novia. De esas primeras medidas, que estuvieron ordenadas por el juez federal N° 3 de Rosario, Carlos Vera Barros, se pudo constatar la actividad de venta de estupefacientes.

A Balzi se lo detectó el 21 de enero de 2022 frente a su casa, en Congreso al 500, en una típica maniobra de “pasamanos” con un cliente al que le vendía estupefacientes. Se corroboró su cargo de policía y que utilizaba el domicilio de su novia, un departamento ubicado en Güemes al 2000, como punto de venta de sustancias ilícitas.

Según los distintos relevamientos realizados en aquel momento (hace dos años), el policía comercializaba cristales a 20.000 pesos el gramo, y pastillas de “Homero” y “Go Pro Violeta” –los nombres responden al personaje o el logo de alguna marca que elegían para darle forma al éxtasis que comercializaban– a 2.000 pesos cada.

En una de las conversaciones obtenidas de las escuchas y consideradas durante la investigación, quedó en evidencia el accionar de Balzi cuando, disconforme con la situación, su novia Techera Menéndez le recrimina: “Mi casa no es un pasaje de falopa, ¿me entendés?”. A lo que el policía, contesta: “Me equivoqué Gaby, ya está”. Pero la mujer insistía: “Otra vez me volvés a boludear con el tema de la falopa”.

El proveedor VIP

La investigación sobre Balzi derivó en sus proveedores. A través del testimonio de un arrepentido, se confirmó que uno de ellos era Tisera, reconocido en redes sociales como “Emi Trix”, vendedor VIP de drogas de diseño. El hombre residía en los condominios del Alto de Rosario y conducía un auto BMW blanco. Junto a su pareja, Valenzuela, se dedicaban a producir y vender estupefacientes (pastillas y cristal) en grandes volúmenes en fiestas electrónicas, o incluso en domicilios particulares dentro de countrys en la modalidad de delivery.

En paralelo, la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) Región NEA, inició su propia investigación. Las tareas de campo de la División Antidrogas de la PFA confirmaron distintas circunstancias respecto a la modalidad con la que operaba la red ilícita de tráfico de drogas de diseño, lo cual se terminó de corroborar con los allanamientos concretados en el marco de la causa.

De un informante anónimo surgió que Tisera viajaba a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cada 15 o 20 días para trasladar éxtasis y otras drogas. Según ese relevamiento, acopiaba polvo para producir comprimidos con una máquina que instalaba alternadamente en inmuebles que alquilaba en las ciudades de Funes y Roldán.

En los seguimientos, se pudo constatar que hizo múltiples transacciones: en fiestas electrónicas fue captado entregando pastillas el 24 de marzo y el 29 de abril de 2022; en la vía pública, en el cruce de San Martín y 3 de Febrero; y en inmediaciones de su domicilio, con un revendedor en maniobras compatibles como “pasamanos”.

Además, se lo vio acceder con llaves a un departamento de San Lorenzo al 1600, microcentro de la ciudad, donde hizo una supuesta entrega de droga bajo la modalidad delivery. Ese inmueble, según la investigación, era utilizado por Tisera como lugar de acopio de pastillas, aunque su novia lo promocionaba en redes sociales como un estudio de “manicuría”.

De ese departamento, se observó a la pareja entrar y salir varias veces con mochilas. En uno de los seguimientos, llegaron a San Juan y 1° de Mayo, a 400 metros del Monumento a la Bandera. Allí, se encontraron con un hombre al que le entregaron un paquete. Luego se determinaría que era el ahora condenado Bernasconi, quien, de acuerdo a los informes oficiales, era un “conocido dealer de drogas de diseño”.

Otro de los revendedores de drogas era Padalina, quien fue identificado el 1° de abril de 2022 cuando se lo vio en la zona de Drago al 1000 egresar del auto de Tisera con un sobre de papel madera en una mano. Era dueño de un negocio de venta de teléfonos celulares ubicado en Alberdi al 600 bis.

Tras la intervención de su línea telefónica, se confirmaron una serie de actividades indicativas de la venta de drogas bajo modalidad delivery.