El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de Rosario condenó este jueves a cinco años de prisión a Esteban Lindor Alvarado por el delito de lavado de activos de origen ilícito y autorizó el decomiso de ocho vehículos y de las acciones de seis empresas vinculadas con el capo narco. Además, le fijó una multa de 62 millones de pesos. Así, el expediente abierto en abril pasado concluyó en un acuerdo de partes que los jueces dieron por bueno. En el mismo proceso Rosa Capuano, la madre de los hijos de Alvarado, fue condenada a una pena única de tres años de prisión efectiva por su participación secundaria en un entramado de empresas cuyo fin era aportar apariencia legal a fondos ilícitos.
Al declararse responsable ante el TOF 2, el hombre del hampa rosarino, hoy alojado en la cárcel federal de Ezeiza, sumó su quinta condena. La segunda ante el fuero federal, puesto que ya había sido sentenciado a 15 años de prisión como organizador del transporte de media tonelada de marihuana a la provincia de Río Negro en 2017.
Además Alvarado fue condenado a prisión perpetua como resultado del juicio impulsado en el fuero provincial, donde fue acusado como instigador del homicidio de Lucio Maldonado y como jefe de una asociación ilícita y se le impuso una multa por más de 300 millones de pesos.
Prueba reciclada de otros expedientes
La nueva pena de cinco años prisión a Alvarado se condijo con el requerimiento del fiscal general Federico Reynares Solari, quien acusó acusó a Alvarado por lavado de activos a través de un “holding de empresas para el delito” que tenía como fin darle apariencia legal a fondos obtenidos de actos ilícitos, principalmente del narcotráfico.
El funcionario del Ministerio Público sustentó su acusación en prueba valorada de otras causas en las que Alvarado resultó condenado previamente por narcotráfico, homicidio y asociación ilícita, delitos estos últimos por los que Alvarado purga prisión perpetua.
“Se ha develado una estructura económica y financiera formada por diversas empresas que, si bien no figuraban a su nombre, no quedan dudas de que el manejo de las mismas sí estaba a su exclusivo cargo”, recalcó el representante del MPF.
Reynares Solari expuso “las inconsistencias” en el patrimonio respecto al flujo de dinero que manejaban las empresas. “La frutilla del postre es que las órdenes las daba Alvarado porque todas convergen en él. Está probada la existencia histórica de los hechos y su participación relevante en ellos”, puntualizó.
Luego, insistió sobre la figura de “un gran holding vaso-comunicado a través de cuantiosa interrelación personal y recirculación de diversos activos y personas, que inyectaban oxigenación vital, alejando cualquier posible control estatal de origen de activos para la supervivencia de la asociación ilícita”.
Al repasar los fundamentos del tribunal que condenó a Alvarado por el transporte de 493,937 kilos de marihuana secuestrados en la cabina de un camión Scania el 24 de noviembre de 2017 en General Roca, el fiscal enumeró a las empresas involucradas. “Alvarado dio vida a Logística Santino SRL; Edra SRL; Toia SRL, y logística TSC utilizando a personas bajo su dominio para la integración”, precisó.
En esa línea, el fiscal aportó que Alvarado también “se valió de Sagrado Corazón de María SRL, que no creó, pero sobre la que tomó dominio, pues le trasladaron el usufructo y se la transfirieron a sus hijos. Además, generó empresas unipersonales en cabeza de allegados, como Transporte Benegas, a nombre de Jorge Antonio Benegas, segundo en jerarquía de la asociación ilícita, condenado en la justicia provincial a 5 años de prisión efectiva”.
En relación con la firma Edra SRL y la confusión patrimonial y de los roles de las personas investigadas, el fiscal graficó que fue “constituida el 2 de septiembre de 2013 por Ricardo Ariel Ianni, también socio de Toia SRL, y que actuaba como custodio en el transporte de la droga, y Estefanía Toledo, directora y representante de la firma, y en base a las facturaciones se pudo identificar los vehículos para el transporte de mercaderías y los choferes relacionados”.
Explicó al respecto que “uno de los conductores y el camión que transportaba la droga estaba prestando servicios simultáneamente para Jorge Benegas, de Transporte Benegas, en fechas cercanas a su detención, para Edra SRL y para Logística Santino, que era de Alvarado, aunque estaba a nombre de su esposa Rosa Capuano”.
En ese marco, el TOF 2 autorizó el decomiso de dos Toyota Hilux 4x4; un Sevel 150N; un camión Scania R360 ; Volkswagen Saveiro; Ford Ecosport Titanium; Ford Cargo 1517 y un tractor de semirremolque.
Así como las acciones de las empresas SRL Logística Santino, Toia, Edra y Sagrado Corazón de María. Y de Transporte Benegas y San Ignacio Automotores.
“Todos estos bienes decomisados deberán ser puestos a favor del Estado Nacional, a través del Ministerio Público Fiscal”, dijo el tribunal integrado por Elena Beatriz Dilario –en carácter de presidenta– y Eduardo Rodrigues da Cruz y Román Pablo Lanzón.
Otras causas
Alvarado había sido detenido por Gendarmería en agosto de 2012 en Rosario bajo acusación de liderar una banda de ladrones de autos que operaba en el norte del conurbano bonaerense y los traía a territorio santafesino para cortarlos. La llamada Banda de Los Rosarinos. La Justicia bonaerense lo acusó y condenó por asociación ilícita en un proceso abreviado a 6 años y medio de cárcel. Una temporada a la sombra en la que su emporio criminal siguió creciendo.
Mientras que en diciembre de 2007, cuando Alvarado tenía 30 años, cayó in fraganti al robar un Fiat Duna en Cochabamba al 800 y fue condenado a tres años de prisión en suspenso. Según el diario El Ciudadano, en ese viejo expediente quedó asentado un regaño donde el capo dio cuenta de su poder y contactos al efectivo de Infantería que lo detuvo: “Loco, dejame, tengo cuatro lucas en el bolsillo, son tuyas si me dejás rajar y aquí no pasó nada. No seas boludo. ¿Qué pensás que sos? Gil, dejame ir, porque si no la agarrás vos la voy a poner en la comisaría o en Tribunales; yo sé trabajar y tengo influencias, esto está todo manejado, boludo, agarrá la plata que tengo debajo del pantalón y dejame a unas cuadras de aquí. Son unos giles, encima los voy a denunciar que me pegaron y que me sacaron plata, los voy a cagar, hijos de puta”.