El 2025 se perfila como un año clave y prometedor para el ecosistema de las criptomonedas, que buscan consolidarse, cada vez más, como pilares del futuro del sistema financiero global.
Para los expertos, este año será decisivo para la madurez y adopción cripto. Con avances regulatorios, integración en finanzas tradicionales y un entorno político que podría favorecer al sector, se abren puertas para que las criptomonedas se consoliden como un medio financiero ampliamente adoptado.
En el año que recién comienza, todas las miradas están puestas en Bitcoin, que en los últimos meses no ha hecho otra cosa que romper récords y alcanzar nuevos máximos históricos (ATH), tras superar la barrera de los u$s100.000. Esto último, precisamente, es un factor fundamental, no solo a nivel precio, sino también en términos de influencia y confianza.
De cara a este 2025, las perspectivas son "altamente positivas", no solo como activo de inversión, sino también como impulsor de un 'quiebre' que permita que cada vez más personas, empresas e incluso Estados formen parte del ecosistema, generando a su vez condiciones más favorables para su desarrollo.
Factores que contribuirían al fortalecimiento
En primera instancia, los avances regulatorios que se puedan generar en diversas naciones del mundo, como los que podría traer el nuevo gobierno de Donald Trump, que asumirá su segundo mandato en Estados Unidos en los próximos días.
"Este cambio de administración podría traer un enfoque renovado hacia la regulación de activos digitales, con la posibilidad de mayor claridad legal y estándares uniformes", asegura un reciente informe de Bitso que detalla las predicciones para la industria cripto de cara a este año.
El documento también recalca que esto "no solo impactará al mercado estadounidense, sino que también ejercerá influencia en los marcos regulatorios de América Latina".
"En países como México, Brasil, Colombia y Argentina, donde el ecosistema cripto está en rápida evolución, las decisiones de Estados Unidos podrían servir como modelo o punto de referencia", resalta.
Esto no es menor considerando que, en 2025, se espera la publicación de la primera regulación de los, hasta el momento, 101 Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV) que operan a nivel local.
Este progreso en cuánto a los marcos regulatorios estaría acompañado por una mayor adopción institucional, tras un 2024 que marcó la entrada de gigantes financieros como BlackRock, lo que "transformó el mercado, aportó legitimidad y liquidez", sostiene Matías Part, analista de Bitget.
Esto, claro está, impulsado por los ETFs de Bitcoin, que, se estima, en 2025 "atraerán a cada vez más inversores institucionales, quienes asignarán mayores porcentajes de sus carteras a cripto, generando una evolución de la oferta a través de derivados y productos financieros avanzados", destacan desde Bitso.
El desarrollo de estos instrumentos a nivel mundial no solo permite una mayor accesibilidad al mercado cripto por parte de inversores e instituciones, dado que se puede acceder a ellos por distintas vías sin necesidad de adquirir directamente el activo ni tener conocimientos, sino que también transforma la percepción de Bitcoin como una opción legítima de inversión.
Por último, el tercer factor sería una mayor adopción gubernamental, con cada vez más países interesados en incorporar BTC a sus reservas.
Esto podría ocurrir, precisamente, en Estados Unidos, donde ya hubo una propuesta formal de la senadora Cynthia Lummis para crear una reserva estratégica de Bitcoin durante el inminente paso de Trump en la Casa Blanca.
De concretarse, y considerando la importancia del país norteamericano en la geopolítica y la economía mundial, esto podría acelerar el proceso e impulsar que muchos países quieran sumarse a esta tendencia, entre ellas la Argentina, donde también existe un proyecto de ley para destinar e invertir el 1% de las reservas del Banco Central (BCRA).
Es por todo esto que, aunque el 2025 recién comienza, y que cada año está lleno de sorpresas y hechos que marcan un antes y un después, algunos positivos y otros negativos, Bitcoin será, sin dudas, un protagonista clave en el por venir.
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