Cada uno con su mate, sentados en canastita formando un círculo. El debate se centra en los vínculos sexo-afectivos modernos. Al parecer, el horóscopo le dijo a una que tiene que dejar fluir y no poner tantas expectativas. Otro le dice a su amigo de la derecha que no se enganche, "el que lo hace pierde". También está el que escucha a todos, piensa y dice: "Si querés atraer a alguien no muestres interés". Seguramente escuchaste algunas de estas frases en conversaciones con tu grupo de amigos. Según especialistas, las relaciones modernas se basan en la inmediatez y en el menor esfuerzo posible.

Atrás quedó ser novios por largos años, esperando que la relación se corone con el matrimonio. Debido a que son consideradas demasiado tediosas para estos tiempos modernos. Por eso, en la actualidad una importante cantidad de gente tienden a priorizar otros objetivos que consideran menos riesgosos que la búsqueda del amor ideal.

Se volvió común eso de estar con alguien pero sin ataduras, o este fin de semana nos vemos pero el otro quien sabe, o el me gustas mucho pero también me gusta el vecino y quiero salir con ambos. Así que algunos prefieren tener "nada serio", porque lo serio se volvió aburrido e implica el esfuerzo de mantener y cultivar algo que al final no se sabe si valdrá la pena y es preferible no arriesgarse.

En la actualidad se priorizan objetivos menos riesgosos que la búsqueda del amor ideal



Según explicó a Rosario3 Silvana Savoini, psicóloga, sexóloga y profesora universitaria, "el entramado social a nivel macro está trasformándose en cuanto a las representaciones sociales que tenemos de lo que es una pareja. La actualidad presenta como primer movimiento significativo dejar de lado el mandato del «para toda la vida». Antes, se trataba de acomodarse a ese mandato de permanencia sin importar nada".

Ahora la tendencia es jugar a ser difíciles, fingir que estamos muy ocupados como para contestar un chat y decir de labios para afuera que fulanito no nos gusta demasiado. De igual manera, para la profesional todas las relaciones "implican un pasaje de extremo a extremo hasta el equilibrio, es decir que la sociedad está a tiempo de encontrar un punto medio entre el «aguantar» vínculos y el ser demasiado liberal al nivel de no responsabilizarse".

"Lo que veo en la actualidad, a través de un análisis sociológico, es que huyendo de ese «aguantar», vamos al extremo de no asumir ningún compromiso. Esto no aleja el sufrimiento que se quiere evitar, por el contrario se reprimen muchos sentimientos en el afán de no ahuyentar al otro", remarcó Savoini.

Huyendo de ese «aguantar», vamos al extremo de no asumir ningún compromiso



De igual modo, anteriormente y como se viene mencionando, los grupos sociales no contaban con la variedad de estadíos en la cual las personas se relacionaban, o estabas soltera/o de novia/o, casada/o, a lo sumo de amante. "Hoy en día se flexibilizó, por un lado está el nos estamos viendo (no hay reclamos ni pacto de exclusividad) y conociendo, posteriormente se puede llegar a formar una pareja y quizás y por último el vivir juntos. Esto está buenísimo porque te permite libertad y más ser uno mismo, si se realiza responsablemente".

Pero, ¿cómo llegamos a esto? Conforme a lo expresado por la especialista se trata de una cuestión generacional y social, "antes el proyecto era comprar la casa y ahorra para planes futuros, ahora la lógica es el ahora, el disfrutar, sin proyectar postergando al proyecto de familia. Las prioridades se modificaron, hoy se prioriza el proyecto personal".

La inmediatez de las nuevas relaciones ahorra una serie de pasos que quizás sean necesarios, "dan una cierta libertad pero generan la sensación de vacío; no todos las personas coinciden en las expectativas porque no hay tiempo de decir qué quiero y qué busco".

Las prioridades se modificaron; hoy se prioriza el proyecto personal



En estos tiempos, escasea la responsabilidad afectiva, "respetar y cuidar al otro, no dañarlo, hacernos cargo de que aunque sea un encuentro ocasional podemos provocar cosas que no sabemos que van a ocurrir", que debería regir en todo tipo de vínculo, desde el que no sabés el nombre hasta la relación más seria, aplicada a todas las edades.

En este contexto, se ve a mucha gente con ganas de tener pareja estable que dicen “es que no hay con quien” y al mismo tiempo gente que congela sus sentimientos y que elige la compañía ocasional por temor al compromiso, por despecho, por practicidad, por espacio, por placer, porque les toca, o porque simplemente el mundo los transportó a la virtualidad.