Los técnicos Miguel Russo y Martín Palermo estarán cara a cara este sábado en la final entre Rosario Central y Platense por el título de campeón de la Copa de la Liga, en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Ahora rivales, sus historias profesionales se entrelazaron en Estudiantes de La Plata casi tres décadas atrás cuando ambos daban sus primeros pasos como entrenador y futbolista, respectivamente, y después volvieron a encontrarse para ganar todo con Boca Juniors.

Russo fue uno de los primeros entrenadores del Titán en sus inicios en el Pincha. Lograron el ascenso a Primera en la temporada 1994/95, cuando el actual DT canalla dirigía en dupla con Eduardo Luján Manera. En aquella campaña, Martín no era muy tenido en cuenta: jugó solo dos partidos entrando desde el banco y no convirtió goles. Para el siguiente torneo, ya en la máxima categoría, Miguel no lo consideró.

Russo y Manera en Estudiantes, artífices del ascenso del Pincha a Primera en 1995. (Solo Ascenso)

Palermo estuvo muy cerca de pasar a San Martín de Tucumán, en la B Nacional, aunque el pase se cayó a último momento por diferencias en la suma del préstamo. El Apertura 95 no empezó bien para Estudiantes y los malos resultados se llevaron puesto a Russo y Manera. En su reemplazo asumió Daniel Córdoba, quien sí apostó por Palermo y lo convirtió en goleador.

Aquella decisión de Russo, ídolo como jugador del Pincha durante la década del 80, disparó rumores sobre cómo quedó su relación con Palermo, dudas que el propio entrenador se encargó de despejar varios años después.

El reencuentro

"¿Si lo de Palermo fue un error? No, tiene que ver con los momentos de los jugadores. A Martín no le dicen 'El Loco' por los últimos cinco años. Tiene que ver con eso, con su juventud, con sus cosas, estaba de novio con esta chica brasileña (Jaqueline Dutra) de la que después se separó, iba y venía a Brasil. Cosas de joven que no critico, pero no estaba maduro. Así como me tocó que explotaran otros jugadores, con Martín no me tocó", explicó Miguel. 

Fue después de haberse reencontrado con el delantero en Boca, club en el que sí vivieron momentos y épocas inolvidables. El Xeneize, con Ricardo La Volpe en el banco, venía de perder una final dolorosa –justamente contra Estudiantes, liderado por Juan Sebastián Verón– para definir al campeón del Apertura 2006. Tras ese golpazo, la dirigencia fue a buscar a Russo para el comienzo de 2007.

"Con Russo no hay rencores de ninguna de las dos partes y estoy dispuesto a dar lo mejor con este cuerpo técnico", dijo Palermo ante la asunción del nuevo DT, el mismo que no lo había tenido en cuenta en La Plata, once años antes.

La sociedad funcionó casi a la perfección: durante el año que Miguel dirigió a Boca, el Titán metió 30 goles en 51 partidos y ganaron la Copa Libertadores 2007, la sexta y última del club. El centrodelantero conformó un recordado tridente ofensivo junto a Juan Román Riquelme, actual vicepresidente xeneize que mantiene una excelente relación con Russo, y Rodrigo Palacio. 

Russo y Palermo, junto a otros jugadores de Boca, recibidos por el entonces presidente Néstor Kirchner tras ganar la Libertadores. (AFP)

Esa temporada Martín forjó varios hitos con la camiseta boquense: le hizo un gol desde mitad de cancha a Independiente en La Bombonera, hizo dos veces cuatro goles en un partido (con Gimnasia y Banfield) y fue el segundo goleador (con 4 gritos) del equipo en la Libertadores, detrás de Riquelme (8), que alcanzó en esa copa un nivel superlativo. 

En diciembre enfrentaron al Milan, en Japón, por la Copa Intercontinental. Antes del partido y de la derrota 4-2 contra los italianos, Russo declaró: "Kaka es importante, pero Palermo y Palacio también". Las diferencias habían quedado atrás, muy atrás en el tiempo. 

Otra postal de Palermo y Russo en Boca.

Hoy, Russo está otra vez en el banco de Central y busca conseguir un título, lo único que le falta en Arroyito. Palermo, ya retirado y en sus primeros años como entrenador, llevó a Platense a la final. Sus equipos se cruzaron algunos meses atrás, cuando el Canalla goleó al Calamar en el Gigante por la pasada Liga Profesional y dejó al Titán en la cuerda floja. 

El sábado que viene, Miguel y Martín escribirán otro capítulo de una historia que empezó con rencores escondidos y los volvió a juntar para alcanzar la gloria deportiva.