A partir de la epidemia de opiáceos sufrida en Estados Unidos, con el fentanilo como el principal, decenas de miles de personas fallecen cada año. Si bien la naxolona salvó gran cantidad de vidas al revertir las sobredosis, cada vez se descubren tipos más potentes de estos compuestos que hacen más difícil la reanimación.

Por ello, desde la Universidad de Washington en San Luis, Universidad de Stanford y Universidad de Florida, todas ellas en Estados Unidos, un equipo descubrió un método que ayuda a prolongar el efecto de la naxolona, incluso frente a opiáceos cada vez más peligrosos. El hallazgo fue publicado en Nature.

"En la medida en que se intensifica la epidemia de muertes por opiáceos, se hace más urgente la necesidad de nuevos tratamientos potenciales tanto para su adicción como para sobredosis", explicaron los investigadores.

De esta forma, los científicos identificaron posibles sustancias que hacen que la naloxona sea más eficaz y duradera, incluso a dosis bajas, y capaz de revertir en ratones los efectos de estas drogas usadas como analgésicos sin empeorar los síntomas de abstinencia.

Los opiáceos

A pesar del rol incuestionable de la naxolona, la misma no es un fármaco milagroso y cuenta con limitaciones. De hecho, muchas personas con sobredosis por fentanilo requieren más de una dosis de este fármaco antes de estar fuera de peligro.

“El Narcan -nombre con el que se comercializa- funciona muy bien a corto plazo para revertir las dosis mortales, pero sus niveles disminuyen rápidamente con el tiempo hasta el punto de que son demasiado bajos para bloquear los efectos de drogas tan potentes y de larga duración como el fentanilo o la oxicodona”, explicaron.

Aunque la naloxona también es un opioide, desaparece antes que otros: actúa unas dos horas, mientras que el fentanilo puede permanecer en el torrente sanguíneo durante ocho horas, por lo que los síntomas de sobredosis podrían reaparecer pasado ese tiempo. Además, su presencia no activa el receptor opiáceo, que se encuentra principalmente en las neuronas del cerebro. Esta característica única le confiere el poder de revertir las sobredosis al desplazar a los opioides problemáticos, capaces de reducir la percepción del dolor, inducir una sensación de euforia y ralentizar la respiración. Esto último es lo que hace que estas sustancias sean tan mortíferas.

El rol de la naxolona

La naloxona trata la sobredosis de opiáceos expulsándolos del receptor opiáceo. El recién descubierto compuesto 368 refuerza la unión de la naloxona al receptor opioide, lo que la convierte en un medicamento más eficaz para salvar vidas. 

Este modulador hallado refuerza entonces a la naloxona, ayudándola a permanecer más tiempo y a suprimir la activación del receptor opioide con mayor eficacia. Para ello, analizaron en el laboratorio una biblioteca de 4.500 millones de moléculas, y una de las más prometedoras recibió el nombre de compuesto 368.

Los autores observaron en los roedores que dicha sustancia mejoró la capacidad de la naloxona para contrarrestar las sobredosis de opioides en ratones (era 7,6 veces más eficaz en la inhibición de la activación del receptor opioide) y permitió revertir los efectos del fentanilo y la morfina a una décima parte de las dosis habituales. Aunque ya han solicitado su patente y trabajan en la identificación y caracterización de otros compuestos candidatos, el equipo calcula que pasarán entre 10 y 15 años antes de que se comercialice un modulador que potencie con éxito la naloxona.

“Desarrollar un nuevo fármaco es un proceso muy largo, y mientras tanto seguirán apareciendo nuevos opiáceos sintéticos cada vez más potentes y mortíferos”, afirmaron. Y añadieron: “Nuestra esperanza es que con un modulador de este tipo podamos preservar el poder de la naloxona como antídoto, independientemente de los opioides que surjan en el futuro”.

Disminuir los síntomas de abstinencia

Las personas que sufren una sobredosis de opioides y son reanimadas con naloxona pueden experimentar síntomas de abstinencia como dolor, escalofríos, vómitos e irritabilidad. En este estudio, aunque añadir el compuesto 368 aumentó la potencia de la naloxona, no empeoró dicha abstinencia en los ratones.

Aún así, se necesita más investigación para llegar a un derivado "óptimo" del 368 que tenga las propiedades deseadas para avanzar hacia los ensayos clínicos de fase inicial. “Seguimos trabajando activamente en el diseño de una molécula candidata final con propiedades mejoradas”, puntualizaron.

Y concluyeron: “El síndrome de abstinencia resulta tan grave que los consumidores suelen volver a tomar opiáceos en uno o dos días para detener los síntomas. La idea de rescatar a los pacientes de una sobredosis reduciendo estos efectos podría ayudar a mucha gente”.

Fuente: SINC.