El 28 de agosto de 1948, Eva Perón proclamó las garantías de asistencia, cuidado y esparcimiento de los ancianos, las cuales se transformaron en derechos clave que se plasmaron en la Constitución Nacional de 1949 por medio de un "Decálogo de la Ancianidad". A partir de allí, cada 28 de agosto se conmemora el Día Nacional de la Ancianidad.

Tras la publicación de dicho decálogo se realizaron distintos avances sociales, entre los cuales se destacaron el derecho a la asistencia, el cual tiene como principal objetivo proteger integralmente a los ancianos por parte de sus familias y, en caso de no tenerla, por parte del Estado.

En caso de desamparo, corresponde al Estado proveer a dicha protección, ya sea en forma directa o por intermedio de los institutos o fundaciones creados, o que se crearen con ese fin, sin perjuicio de subrogación del Estado o de dichos institutos para demandar a los familiares remisos y solventar los aportes correspondientes”, planteaba el decálogo.

El cuidado de su salud integral es una tarea de toda la sociedad

En concreto, el decálogo menciona el derecho a la asistencia, vivienda, alimentación, vestido, cuidado de la salud física, cuidado de la salud moral, esparcimiento, trabajo, tranquilidad y respeto.

En este sentido, se invita a la sociedad íntegra a asumir el deber de garantizar que estos derechos se cumplan, lo que genera un bienestar en la salud íntegra que contempla aquellos aspectos biopsicosociales que conforman la totalidad de una persona, sobre todo ante la vulnerabilidad en la que se encuentran quienes atraviesan la ancianidad.