Lucas Martin o el "guerrero" como lo llama su mamá Nancy, está próximo a cumplir dos años de vida. Su cuerpo pequeño ya cuenta con nueve internaciones, se alimenta con botón gástrico, cuenta con respirador y convive con el síndrome Miller Dieker. Su familia adaptó el hogar para que Lucas pueda crecer cómodo, tiene cuidados permanentes y una necesidad urgente: adquirir una silla ortopédica postural que cuesta once millones de pesos.
Nancy explicó en De 12 a 14 (El Tres) que su hijo para poder vivir requiere "sí o si de una bomba para suministrarle comida, se alimenta por un botón gástrico, depende de oxígeno, de un respirador, de la aspiración constante" y agregó: "La escoliosis severa que está sufriendo hace que algunos órganos se desplacen y en este momento opriman, por ejemplo, un pulmón". Motivo por el que la silla se vuelve indispensable.
#de12a14 | Una ayuda para Lucas: tiene un año y medio y sufre síndrome Miller Dielle. El joven necesita una silla que cuesta más de $11 millones. "No tener la silla perjudica su calidad de vida. La necesitamos urgente", expresó su mamá. Para colaborar: 3413784999 pic.twitter.com/D6dWIdXL0l
— elTresTV (@elTresTV) May 15, 2024
Si bien Lucas cuenta con obra social que le garantiza una excelente atención de profesionales y la visita diaria de enfermeras que lo cuidan, fue una fundación la que les garantizó un peso menos: que la familia no pague electricidad y cuenten con un generador de energía porque el pequeño es electrodependiente.
"Se requieren de tantos insumos en la diaria que siempre necesitamos algo", señaló Nancy para explicar que el objetivo que tienen es poder comprar la silla para mejorar aún más la calidad de vida de su hijo. "Es exclusiva para la enfermedad de Lucas. No puede recibir otra que no sea la recetada. Es importada de Alemania y hoy tiene un valor de once millones", comentó la mujer.
Las personas que quiera y puedan colaborar deberán hacerlo al alias AYUDAR.SALVA o comunicándose al celular 3413784999. Además, Nancy tiene una cuenta de Instagram donde sube el día a día de Lucas, a quien lo apodaron "guerrero" porque le demuestra a su familia "el valor de la vida". "Creemos mucho en Dios y decimos que es él quien le prolonga esa vida. Él es Lucas, no es un diagnóstico", cerró Nancy.