El gobierno francés usó este jueves un poder constitucional especial para aprobar una controversial reforma de pensiones sin necesidad de aprobación parlamentaria. Una decisión que enfureció a la oposición y los franceses que salieron a las calles para manifestar su enojo. La reforma aumenta de 62 a 64 años la edad de jubilación.

Según informó la Agencia Télam, tras una reunión de crisis, el Ejecutivo optó por recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, un mecanismo que le permite aprobar la iniciativa prescindiendo del voto legislativo, ante el temor de no reunir el apoyo necesario en la Cámara baja, donde no cuenta con una mayoría absoluta.

"No podemos hacer apuestas sobre el futuro de nuestras pensiones", argumentó ante el hemiciclo la primera ministra, Élisabeth Borne, mientras los legisladores opositores agitaban carteles con el lema "64 años es no", reclamaban su renuncia a los gritos y cantaban el himno como signo de protesta.

“Es sobre su reforma, sobre el texto del Parlamento” consensuado por una comisión paritaria conjunta “que estoy dispuesta a comprometer mi responsabilidad”, sentenció Borne, que con estas palabras activó el controvertido procedimiento.

En consecuencia, el debate legislativo quedó suspendido y el texto se considera aprobado, salvo que los diputados presenten y aprueben una moción de censura contra el gobierno, que sería votada el próximo lunes. 

Pese al rechazo de dos de cada tres franceses, según los sondeos, Macron quiere retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como hasta ahora) para cobrar una pensión completa.

Tras conocerse la sanción por decreto recrudeció la tensión con los sindicatos, que llamaron a una nueva jornada de protestas para el próximo jueves. Mientras tanto, miles de personas se congregaron al grito de "huelga general" en la plaza de la Concordia, a cientos de metros de la Asamblea, para protestar contra la reforma y contra el uso de ese mecanismo legal, cuyos detractores consideran antidemocrático. La policía intervino con carros hidrantes y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. 

De momento, el Gobierno se mantiene firme en su plan de subir una de las edades de jubilación más bajas de Europa que busca, según afirma, evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones en un país con una creciente esperanza de vida.