El capitán del barco African Magnolia, retenido por orden judicial en General Lagos al arribar desde África con un tripulante fallecido, informó que la víctima no presentó “síntomas de enfermedad infectocontagiosa” sino un fuerte dolor en el pecho.
Con el correr de las horas, el juez del caso levantó la restriccion de salida del barco y la tripulación.
Fue luego de un informe preliminar del Instituto Médico Legal (IML) según el cual la muerte se habria producido por causas naturales, sin intervencion de terceros.
Este martes, la primera versión oficial a la que accedió De 12 a 14 (El Tres) ya alejaba en principio, la posibilidad de que el marinero filipino muerto el pasado 25 de diciembre a bordo de ese buque haya sufrido ébola.
La información coincide, además, con lo observado en la autopsia que, según pudo saber Rosario3, indicaría "un infarto masivo por obstrucción de la arteria coronaria descendente".
De todas formas, la Justicia federal activó el protocolo vigente ante este tipo de casos y realizó todo tipo de medidas preventivas desde el arribo del buque a General Lagos este lunes a las 19, proveniente de Nigeria.
Se trata, en todo caso, de un hecho atípico que tiene un antecedente trágico en ese mismo puerto en el año 2013.
Según el comunicado emitido por fuentes nacionales (es jurisdicción federal), el 25 de diciembre de 2024, alrededor de las 17.30, el marinero filipino de 47 años se quejó “de un dolor intenso en el pecho y gran dificultad para respirar”.
“El Oficial de Guardia/Segundo Oficial se dirigió rápidamente a su cabina para revisar la situación y decidió llevarlo al hospital del barco para administrarle oxígeno. En ese momento, la situación empeoraba debido a que el pulso se estaba debilitando”, señala el texto.
“Inmediatamente –sigue la versión del capitán– llamé al médico de guardia en el CIRM (Servicio de Asistencia Médica Marítima Telemática), para recibir consejo urgente sobre su estado. El médico aconsejó que, si el pulso y la respiración desaparecían, se debía aplicar CPR inmediatamente durante una (1) hora para revivir al paciente”. Al poco tiempo, el hombre falleció por un presunto “infarto”.
Desde Sanidad de Fronteras de Argentina se notificó al fiscal de turno que “informe al médico correspondiente para que suba al llegar el barco con los inspectores” de ese organismo.
“Al llegar el buque (el lunes) se le pide que quede en rada separado de la costa, subiendo al mismo los inspectores de Sanidad de Fronteras y el personal forense con los equipos de protección correspondiente”, afirmaron.
El cuerpo médico forense constató el deceso de la persona (el cuerpo estuvo en una cámara de frío del barco). Los restos fueron trasladados para realizar la autopsia.
Sobre la continuidad del protocolo, informaron: “Los inspectores sanitarios proceden a la interdicción del barco (nadie sube ni baja). Se realiza diariamente controles de rutina a la tripulación en el sector enfermería de la embarcación debiendo pasar el reporte diario a Sanidad de Frontera, hasta tanto se conozca el resultado de la autopsia".
Al narrar los acontecimientos, el capitán no mencionó antecedentes de fiebre, dolor abdominal, ronchas, prurito o salpullido en piel.
Con la confirmación por autopsia de un infarto y la no existencia de ébola o enfermedad contagiosa (debe hacerse por protocolo porque el barco pasó por dos puertos africanos), el buque y su tripulación serían liberados en las próximas horas para continuar con su destino: República del Congo.