Hay vida después de Arabia. Pablito Aimar pucherea, Scaloni hace un esfuerzo enorme por no lagrimear pero no lo consigue. Argentina le ganó a México 2 a 0 un partido bravísimo que no refleja en el resultado la complejidad del desarrollo.

“Hoy había que ganar, hoy arrancaba otro Mundial para nosotros”, dice Messi al borde del campo de juego tras la victoria.

“Nos calmamos para el segundo tiempo”, reconoce Leo mientras avisa que hay que seguir, que Polonia es el próximo objetivo y que todavía no está nada dicho aunque los octavos de final están un poco más cerca.

Un zapatazo del capitán desde afuera del área a los 19’ del segundo tiempo tras pase de Di María, desató un nudo marinero que amenazaba con no desarmarse hasta el final.

Después, línea de 5, 3 volantes, 2 delanteros, juego de contra y un golazo de Enzo Fernández, con destino inexorable de crack, para cerrar, según Leo, “el debut argentino en el Mundial”.

Queda mucho por corregir, Argentina necesita un mejor De Paul, recuperó a un sólido Dibu Martínez, que respondió muy bien las pocas veces que fue solicitado, debe volver a encontrarle los espacios a Angelito Di María y Lautaro buscar la voracidad que lo llevó a ser el goleador del ciclo.

El ritmo del equipo fue diferente, fundamentalmente en el segundo tiempo, tras los cambios y ese es un gran mérito del entrenador, que además diagramó el equipo con 5 variantes sin que le tiemble el pulso.

Aunque, es cierto, si no fuera por el zurdazo de Messi todo hubiera sido más complejo.

Polonia es la próxima estación. A octavos con un triunfo, a sacar cuentas con un empate, a casa si es derrota.

Pero esta fue una parada brava, seguramente más complicada que lo que será el partido frente al equipo de Lewandowski, que se parapetará cerca de Szczęsny, su arquero, para buscar el punto que le dé la clasificación.

Argentina “debutó” en el Mundial con un zurdazo implacable de Leo y un golazo del Enzo más joven, el que se fue a buscar juego a Defensa y Justicia, volvió fortalecido a River, descolla en Benfica y ya se anotó en la historia de la selección.

Borrón y cuenta nueva. Era el gran desafío en medio de una olla repleta de presión.

La selección estuvo a la altura de las circunstancias porque siempre respondió desde lo anímico a pesar de que el partido recién se abrió casi a mitad del segundo tiempo.

No hay que cerrar el libro, ya no hace falta maldecir al VAR ni machacar sobre las dudas que dejó el equipo en el debut.

Esta historia recién comienza.