Alejandro “Rengo” Ficcadenti, uno de los cabecillas de la barra brava de Newell’s quedó en libertad en la mañana de este lunes. La resolución la tomó la jueza Gabriela Sansó en una audiencia de cámara llevada a cabo por la investigación por el asesinato de Nelson “Chivo” Saravia, otro referente del paraavalanchas rojinegro que fue acribillado en octubre de 2021 en la zona oeste. 

Ficcadenti fue imputado el 13 de junio del año pasado junto a otras cinco personas que, según los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery –de la Agencia de Criminalidad Organizada–, formaron parte de un grupo de 22 sospechosos que ejecutó el plan criminal.

De acuerdo a los indicios ventilados por los fiscales, esos 22 sospechosos se reunieron en una casa ubicada en Garibaldi al 3300 –domicilio de Guillermo “Chupa” Sosa, otro barrabrava de Newell’s, también preso e imputado, planificaron el ataque, se repartieron armas, prepararon los vehículos, se asignaron los roles y cambiaron sus vestimentas. Todo quedó filmado en cámaras internas de la propiedad

En el caso del “Rengo”, para los acusadores, fue quien participó en la presunta instigación del homicidio y además colocó un cargador para 30 municiones en una de las armas que se usaron para la emboscada fatal.

Para el fiscal Edery, quienes organizaron la logística del crimen fueron Sosa y Ficcadenti, cabecillas de la barra brava leprosa. Además, enmarcó el plan criminal como “consecuencia de la sucesión de la barra brava de Newell’s”

El homicidio se perpetró en San Nicolás al 3700, cuando un grupo rompió a patadas la puerta de la casa de Saravia, se metió al dormitorio y lo acribilló con una ametralladora. Al momento del ataque la víctima estaba con su hijo y su sobrino –de 8 y 13 años, respectivamente–, a quienes empujó para evitar que sean lesionados.

Antes de irse, le dieron un tiro a la mesa del comedor en el que se encontraba la pareja de Saravia, a quien además le robaron el celular para demorar la llamada a la Policía. Fue ese teléfono, a través de su GPS, quien marcó que los agresores estaban en Garibaldi al 3300, domicilio de Sosa.

Una de las imágenes de los integrantes del grupo que mató a Saravia.

Según las filmaciones de la cámara de la casa de “Chupa” Sosa, volvieron a esa propiedad a cambiarse de ropa, dejaron las armas y se relataron entre ellos cómo había sido el asesinato. Uno de ellos graficó cómo rompió a patadas la puerta de la propiedad, y otro cómo había ametrallado a la víctima.