Una familia rosarina disfrutaba la mañana del sábado en la tranquila Mar de las Pampas cuando fue sorprendida por una extraña visita: un lobo marino de gran tamaño había atravesado una alta duna, luego el parque del complejo donde vacacionan, y se subió al deck donde desayunaban, en el patio de su cabaña.

El ejemplar era del tamaño de un hombre corpulento, y de 1 metro 70 centímetros de largo, y tras la sorpresa, la familia decidió ingresar en la vivienda para no molestarlo. Dieron el aviso a la dirección de Zoonosis de la Municipalidad de Villa Gesell, que es la encargada de defensa animal en estos casos.

“Apareció en el deck de repente. Nuestra casa está a 200 metros del mar, pero lo que sorprende es que para llegar debió haber hecho mucho esfuerzo porque atravesó las dunas que acá en Mar de las Pampas son bastante altas”, precisó Catriel Ortega en diálogo con Rosario3.

Sobre esta inesperada visita durante las vacaciones familiares, Catriel dijo: “Fue linda sorpresa, que al principio nos asustó, pero después nos dio lástima por el animal, que se lo notaba cansado y asustado, y con una herida superficial en el lomo, seguramente por haberse arrastrado por la arena y el bosque”.

El lobo marino en el deck mientras esperaban el operativo, que luego fue exitoso, y el animal volvió al mar.

Poco después de haber dado el aviso, un joven de defensa animal municipal llegó con un tablón y “una especie de cubrecamas” con los que ofició de escudo, y con paciencia realizó el operativo de regreso del lobo marino a su hábitat.

Según pudo calcular Catriel, el lobo marino sería de unos 300 o 400 kilos. Aun así, el operativo de rescate fue exitoso, y “se puede decir que tuvo un final feliz, porque acompañamos el operativo y pudimos ver cómo volvió al mar”.

El lobo marino llegó a dar un paseo por el parque del complejo donde se hospedaban, antes de ser devuelto a su hábitat.

La visita del sur y una gripe que explica todo

Desde Zoonosis dieron a saber a Catriel y su familia que la causa de la aparición del lobo marino en el patio de su cabaña, viene desde lejos en el sur argentino.

“Nos explicaron que por un brote reciente de gripe aviar en la Península Valdés, donde viven, los lobos marinos se contagiaron y el efecto fue que quedaron desorientados, y por eso vienen hacia la costa de Buenos Aires, donde está lleno de ejemplares”, precisó.