Continúa el juicio por las muertes de cinco bebés por suministro de potasio e insulina y el presunto intento de homicidio de otros ocho en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba. Este martes quien declararon fueron los papás de Francisco, el primer fallecido. En medio de la conmoción, Vanessa Cáceres contó lo que ocurrió con su tercer hijo y con ella aquel 18 de marzo de 2022. 

Con una remera que portaba la foto de su bebé fallecido, la mujer explicó que en su último embarazo "era todo nuevo" ya que su hijo menor tenía 10 años y toda la familia recibió la noticia con "mucha alegría, con mucha esperanza, era un bebé esperado”. 

“El 17 (de marzo) nos dirigimos al hospital con mi marido y con mi hija. Me pasaron a una sala compartida con una mamá que ya había tenido a su hijo”, indicó. Y agregó: “Sabía que después de la cesárea me iban a hacer la cirugía para ligarme las trompas. Entré al quirófano, mi hijo nace, me lo muestran, estaba perfecto. Las palabras de ellos fueron esas: «acá está tu hijo, está perfecto». Me lo acercan, le pude dar un beso. Me arrepiento de no haber pedido que me lo pongan arriba porque hubiera sido la única oportunidad de estar con él”.

Tras despertar de la anestesia a Vanessa le dijeron que en "dos horas" le iban a llevar a Francisco. “Me quedé esperando a mi hijo al que no llevaron porque las médicas decían que no estaba lista”, indicó. Luego ingresó a la habitación otra profesional de la salud que le dio información sobre la salud del recién nacido. 

“A la hora y media entró una doctora preguntando por la paciente Cáceres y me dice que a mi hijo lo iban a llevar a terapia porque tenía una arritmia. Yo no dimensioné, pensé que era algo que podían solucionar”, sostuvo. Al poco tiempo, fue junto su marido a la sala y le recomendaron que lo alzara un momento. Ellos preguntaron si no era peligroso y la respuesta que obtuvieron los dejó en shock: "Se va a ir igual", recordó Vanessa. 

“Le reventaron el corazón. El corazón de mi hijo estaba totalmente destruido”, sentenció entre lágrimas y aseguró que los médicos le dijeron que no entendían qué había causado el problema cardiaco de Francisco y que le ofrecieron hacerle al bebé una autopsia antes de que se muriera. “Le dijimos que no y les pedí que lo salvaran. Lo único que necesitábamos era recuperar alguna esperanza”, mencionó la madre. 

Cáceres pasó dos noches en el Hospital y las desciribó como "terribles". “Me dejaron una cuna que quedó vacía en esa habitación. Una amiga mía entró y les pidió por favor que la sacaran”, apuntó. También recordó que al salir enterró a su hijo en un cementerio y le mandó sanwichs de miga a los enfermeros en forma de agradecimiento desconociendo lo que había pasado realmente. 

Después de Francisco las muertes siguieron. Y se enteró de la detención de Agüero en momentos en que iba hacia la Casa de Gobierno de Córdoba para ser recibidos con otros padres por el ex gobernador Juan Schiaretti. Y tras ese encuentro, señaló: "Nunca más se comunicaron. A las madres nos dejaron solas, desde el ministerio, desde el hospital. Si nosotros no hubiéramos puesto el cuerpo como lo pusimos, nada de esto (por el juicio) hubiera sucedido”.

“Algunos aquí le pidieron al jurado popular que no caiga en cuestiones que tengan que ver con los sentimientos. Por el contrario, yo le pido al jurado que tenga algo de sentimiento. En esta causa faltó humanidad, nos dejaron desamparadas creyendo una historia que no existía”, expresó la mujer. 

Y acotó: “Creyeron que era un hospital público y que trataban con gente ignorante. Ahora están todos cuidándose por saber qué día empezó todo. Les pido a los presentes que tengan humanidad, muchos de ustedes son padres. No puede ser que se olviden de la parte humana”.

El lunes, fue el turno de Yoselín Rojas (31), mamá de Angeline, una beba que murió el 6 de junio de aquel año y cuyo caso fue el primero que llegó a la Justicia. “Mi bebé ha sido envenenada con potasio, le pusieron una alta dosis de potasio. No merecía morir, no merecía morir así”, afirmó.

La mujer, que es inmigrante peruana y contó que vino a la Argentina hace siete años en busca de mejores oportunidades para su hija mayor. Luego relató cómo llegó al Hospital Neonatal a tener a su bebé el 6 de junio de 2022. “Me preguntaron a dónde quería ir a dar a luz. Yo respondí que tenía buenas referencias del Hospital Materno Neonatal. Opté por ir ahí y como no contaba con un seguro o algo que me pudiera cubrir, llegué ahí”, precisó al señalar que tenía 37 semanas de embarazo cuando acudió a la primera consulta en ese centro de salud.

“Mi bebé nació bien, nació sana, era una bebé hermosa. Mi pareja estuvo en la sala de parto el día del nacimiento”, afirmó Yoselín antes de romper en llanto. Cuando el abogado Carlos Nayi, que la representa en el juicio, le preguntó cómo estaba su hija cuando la vio, respondió: “Era una bebé tan linda, tan maravillosa como me la había imaginado. Al escuchar su llantito por primera vez, me emocionó y en ese momento le agradecí a Dios, y le dije que ya tenía a mi bebé conmigo”, manifestó.

Por otro lado, dijo que en un momento se acercó Brenda Agüero a darles su bebé luego de habérselo llevado apenas se realizó el parto. “Yo me di cuenta que nos miraba raro, como de reojo”, dijo la mamá. Además, sostuvo que la enfermera se llevó a su beba y volvió a los cinco minutos sin ella. Luego precisó que, al ver las fotos de la enfermera en los medios de prensa, tras su detención, se dio cuenta de que era quien se había llevado a su hija de la sala de parto.

Jaime Cornelio Pérez, marido de Yoselín y padre de la beba fallecida, dio su testimonio también este lunes: reconoció a Brenda Agüero en la sala y dijo que cuando él tenía en sus brazos a la recién nacida, la enfermera se acercó y pellizcó a la beba.