Con la cabeza en la Copa Libertadores, Rosario Central tuvo una noche para el olvido en el Gigante de Arroyito pero rescató un empate en la última jugada del partido. Fue 1-1 contra Tigre, que jugó mejor y se puso en ventaja con un golazo de Gonzalo Maroni, en el primer tiempo. A los 50 minutos del complemento, Facundo Mallo evitó la caída con un cabezazo. Los de Miguel Russo sumaron su primer punto en Liga Profesional.

Cuando no había pasado demasiado en la noche de Arroyito pero Tigre manejaba mejor la pelota, el partido se abrió a los 13 minutos gracias a un golazo de Gonzalo Maroni de media distancia: el volante de Tigre controló, en tres cuartos, y sacó un derechazo potente e inatajable para Fatura Broun. 

Con la ventaja, el Matador de Sebastián Domínguez jugó más cómodo, neutralizó los intentos de Central, que casi no pudo lastimar en la primera etapa, aprovechó los espacios que dejó su rival en el medio y tuvo al menos un par de chances más para ampliar la diferencia, pero falló. 

La más clara del Canalla fue pasada la media hora de juego con un buen intento de tiro libre de Ignacio Malcorra que pasó cerca del ángulo izquierdo. Fue más peligroso así, de pelota quieta, que con juego asociado y eso sintetiza lo alejado que estuvo de su mejor versión. 

El equipo de Russo no tuvo contención en el mediocampo, una falencia que Tigre exprimió, pero fueron igual de graves los problemas que mostró para tener la pelota, tratar de jugar en campo rival y abrir la defensa del Matador, que venía de siete derrotas al hilo.

Por eso no sorprendió que el técnico cambie al doble cinco en el entretiempo: adentro Kevin Ortiz y Tomás O’Connor para reemplazar a Mauricio Martínez y Jonathan Gómez. Un rato después echó mano a Lautaro Giaccone por Campaz.

Fueron los primeros movimientos de Miguel –obviando la variante obligada por la lesión de Sández– en busca de levantar al equipo, pero no alcanzaron para cambiar la cara.

Central jugó mal, pero no renunció y lo buscó hasta el final. Facundo Mallo estuvo a nada de conseguir el empate, aunque el arquero Zenobio le ahogó el grito sobre la línea. Y el propio defensor uruguayo tuvo revancha a los 50 minutos con un cabezazo que significó el 1-1.

Central fue una sombra ante el equipo con peores resultados de 2024. Se fue con el desahogo por el empate agónico pero la frustración por el rendimiento que, cuanto menos, funciona como advertencia a una semana del choque clave ante Peñarol por la clasificación a octavos de la Libertadores. 

Resumen del partido