Después de un largo año de trabajo o estudio, niños y adultos por igual esperan con la misma ansiedad las vacaciones de verano para disfrutar de unos días de relax y descanso. Perderse en un libro, bañarse en el mar o hacer un poco de trekking en la montaña son algunas de las actividades elegidas para salir de la rutina y olvidar -aunque sea por unos pocos días- el estrés de las obligaciones cotidianas.

Hay otro grupo que espera con enormes expectativas este momento, y no son los hoteleros, los gastronómicos, o los operadores de turismo, sino las bandas dedicadas a clonar tarjetas de débito y crédito. Para ellos, el verano es temporada alta para el delito, y al igual que los paradores de la costa, se preparan durante meses para sacarle el mayor rédito posible a esta estación.

El turista es la víctima ideal para este tipo de fraude. Despreocupado y disfrutando de unos días con menos responsabilidades, es fácil que baje la guardia y se vuelva más vulnerable a los conocidos métodos que utilizan estos delincuentes. Por eso es importante reforzar ciertos hábitos de seguridad para que se vuelvan automáticos, y su aplicación, instintiva.

La regla número uno a tener en cuenta es que nunca y bajo ninguna excusa o circunstancia debemos perder de vista nuestra tarjeta de crédito o débito.

En nuestro país está bastante extendida la costumbre de, al momento de pagar en un bar o restaurante, darle nuestro plástico junto con el documento al mozo para que desaparezca durante largos minutos. Durante ese lapso de tiempo no sabemos quién puede estar manipulando nuestra tarjeta ni con qué intenciones. Basta con una simple foto tomada con un celular a ambas caras de la tarjeta y el DNI para que algún actor malintencionado nos convierta en nuevas víctimas del fraude financiero.

Algunos de los elementos secuestrados por la Policía de Córdoba a una banda dedicada a la clonación de tarjetas de crédito

Afortunadamente, cada vez son más los locales gastronómicos equipados con PosNet inalámbricos, lo que permite realizar el pago en la mesa y delante de nuestros propios ojos. De no existir esta posibilidad, lo conveniente es acompañar nuestra tarjeta hasta la caja y validar personalmente la manipulación segura del plástico. Este no es un acto que se reciba con demasiada simpatía dentro de la comunidad gastronómica, pero definitivamente es preferible un instante de incomodidad al costo económico que implica una tarjeta clonada.

Al momento de realizar cualquier pago con tarjeta, es más seguro utilizar la de crédito por sobre la de débito. La razón es simple: si alguien logra hacerse con una copia de la tarjeta de débito, tiene la oportunidad de vaciar completamente la caja de ahorros a la que está vinculada, y ese dinero probablemente nunca lo recuperemos. En cambio, la tarjeta de crédito permite desconocer cualquier gasto no reconocido por el titular durante un plazo de 30 días a partir de la recepción del resumen, además de poder cancelar el plástico al detectarse una inconsistencia.

Los principales bancos y tarjetas de crédito y débito dan la posibilidad de activar alertas de consumo, enviando un SMS o un correo electrónico cada vez que se registra una transacción. Estos avisos automáticos permiten detectar al instante y casi en tiempo real si alguien está realizando gastos en nuestro nombre, con el fin de poder denunciar la situación de inmediato y evitar que sigan aprovechándose de nuestro dinero.

Nunca debemos perder de vista nuestra tarjeta al momento de pagar

Muchas aplicaciones bancarias también ofrecen la opción de pausar las tarjetas de crédito y débito, desactivándolas temporalmente como medida preventiva. Mientras esto esté activado, la persona (o quien tenga una copia) no podrá realizar ninguna transacción de pago. Esto se aplica tanto a compras en locales físicos como en tiendas en línea, y pagos con billeteras digitales como MODO, NFC (las tarjetas contactless) o Apple Pay. Sin embargo, esto no aplica a los débitos automáticos asociados a estas tarjetas, que seguirán funcionando normalmente.

También es deseable utilizar tarjetas con chip en lugar de tarjetas con banda magnética. Las tarjetas con chip generan un código de transacción único cada vez que se utilizan, lo que las hace más difíciles de clonar, mientras que la información contenida en una banda magnética puede ser leída por cualquier lector de tarjetas.

Si el plástico admite tecnología sin contacto, mejor aún. Primero, nadie más que nosotros tiene necesidad de manipularlo, lo que brinda una capa de seguridad adicional. Las transacciones contactless utilizan una forma de autenticación basada en criptografía, lo que significa que solo un dispositivo autorizado puede realizar la operación. Además ofrecen mayor protección contra el skimming, una técnica utilizada para robar información de tarjetas de crédito mediante dispositivos ocultos. Como la tecnología contactless realiza la transacción a través de ondas de radio y no mediante el deslizamiento de la tarjeta en un lector de banda magnética, los dispositivos de skimming se vuelven inútiles.

Skimmer en la boca de ingesta de tarjetas de un cajero automático.

Las mayores probabilidades de encontrar un skimmer se encuentran en un cajero automático. Por ese motivo es recomendable utilizarlos -preferentemente- dentro del horario de mayor concurrencia, evitando los que están ubicados en lugares oscuros o poco transitados.

Si la puerta se encuentra cerrada, recuerde que se la puede abrir con cualquier tarjeta que tenga una banda magnética, como la de una prepaga, un club o un supermercado. Los delincuentes suelen instalar lectores de banda magnética por encima del dispositivo original o en la boca de ingesta de tarjetas del cajero, haciéndose de los datos de todas las tarjetas que se deslicen por allí.

Estos aparatos suelen estar vinculados a una pequeña cámara que apunta al teclado numérico del cajero, instalada con el fin de recopilar en imágenes las contraseñas de los clientes desprevenidos. Por esta razón es importante cubrir con la mano o la billetera el momento del ingreso del PIN, así lo mantendremos a salvo de ojos curiosos.

También es fundamental revisar el cajero antes de usarlo, buscando signos de manipulación en la ranura para la tarjeta o el teclado. Un cajero automático es un artefacto muy sólido, no tenga miedo en verificar a conciencia la firmeza de los elementos que lo componen para asegurarse que no han sido alterados. Ante la menor duda, no dude en dirigirse a otra sucursal. Si está muy necesitado de efectivo, recuerde que también puede obtenerse en las estaciones de servicio o en algunos supermercados.

Si tiene que chequear su homebanking o realizar transacciones online, nunca utilice una red pública como la del hotel o la del departamento temporal donde se está alojando, hágalo siempre utilizando su plan de datos. La información que se transmite a través de una red insegura, como contraseñas, información bancaria y datos personales puede ser interceptada por personas malintencionadas.

No utilice una red WiFi pública para chequear el homebanking o realizar transacciones

Hay que estar especialmente atentos a llamados telefónicos o vía WhatsApp de individuos que se identifican como empleados de una entidad financiera y que lo alertan sobre algún tipo de problema con su cuenta. Las probabilidades de que se trate de un intento de estafa son muy altas, y posiblemente termine brindando información personal sensible que lo ponga en una situación en la que preferiría no estar. No tenga miedo en cortar la comunicación, no es necesario ser cortés. Si tiene dudas, comuníquese a su banco o al emisor de su tarjeta de crédito a través de las vías tradicionales, y nunca devolviendo la llamada al número que la originó.

Las vacaciones son un momento donde podemos dejar de lado las preocupaciones y concentrarnos en nuestra felicidad y bienestar, pero no por esto debemos bajar la guardia. El fraude bancario es una amenaza real y tangible que se cobra nuevas víctimas todos los días. Estando atentos y siguiendo estos consejos podremos tomar medidas para protegernos, asegurando la integridad de nuestras cuentas y nuestra información personal.