Rosario3.com, fue en busca de la reflexión de un profesional que siempre intenta tener una mirada reflexiva y abarcadora. Marcelo Mariño es médico, especialista en clínica médica y así se expresaba: “Pertenezco a un grupo de reflexión que, felizmente, está formado por personas que vienen de diferentes lugares; no sólo son médicos, hay psicólogos, hay diferentes terapeutas, hay ´gente de a pie´, y de otras disciplinas" comentó Mariño.

Y cuenta su experiencia: "Ayer, cuando nos juntamos, la pregunta disparadora fue: ´¿Por qué no formamos defensas? Y, ¿qué necesitamos?’; siempre intentando enfocar al ser humano en todas sus dimensiones, en este caso, la ´dimensión psico bio social´; entonces, lo primero que nos peguntamos fue ´¿qué es lo que necesita el sistema de defensa, el sistema inmune para ´fabricar´ anti cuerpos? Comenzamos a respondernos que, en principio, tres cosas importantes: primero, buena información; luego, necesita tiempo y certezas; justo, las tres cosas de las que hoy carecemos.

Desde el punto de vista biológico, cada vez que ingresa un agente extraño a nuestro organismo, en este caso un virus; o, un agente interno, que es el caso de los oncogenes en los tumores, o de las enfermedades auto inmunes donde un agente interno se activa.

Lo primero que sucede en el caso del virus es que, la inmunidad innata, la rápida, formada por la piel y las mucosas, es la primera barrera que intenta neutralizar; si ésta es sorteada, aparecen los glóbulos blancos, leucocitos, fagocitos que se encargan de englobar al virus y neutralizarlo en su acción.

Esta defensa también puede ser franqueada, si la carga del virus es lo suficientemente intensa como para sobrepasarla; y, luego, aparece la otra inmunidad, la lenta, representada por los linfocitos B, que necesitan una maduración, porque estos linfocitos que son las células protagonistas de esta inmunidad, deben transformarse en una célula plasmática que es la encargada de fabricar los anticuerpos de defensa, esta célula B de inmunidad lenta necesita información clara y precisa; y lo que abunda en estos momentos es una información incierta y poco precisa, muchas veces, contradictoria.

Y, mientras tanto, nosotros nos preguntamos, ¿por qué esta célula B no fabrica defensa? Es que necesita reconocer al agente extraño y después codificarlo para fabricar cuerpos neutralizantes.

Ahora, yo me pregunto, ¿si ingresa mucha carga viral, el organismo va a fabricar gran cantidad de agentes neutralizantes?

A veces, defenderse mucho, puede resultar dañino para el organismo; y nosotros, ante la trama de este virus, hablamos de la tormenta de citoquinas. Una respuesta exagerada, muchas veces resulta contraproducente; y, el impacto mayor lo recibe el pulmón que se llena de líquidos y de exudados algodonosos, de donde surgen estos cuadros por los que nadie querría pasar, como son la falta de aire, insuficiencia respiratoria y baja oxigenación. Esto desemboca en terapia intensiva, respirador, etc.

La otra línea de defensa se llama linfocito T y nos encontramos frente a cuatro clásicos, los colaboradores que amplifican la respuesta de los anteriores y reclutan más agentes al circuito de ayuda. Están, además, los T asesinos, llamados los ´natural killer´ que son los que no perdonan; están los T supresores que son los que dicen: ´cuando la amenaza cesa, envía la señal para que el ataque también cese´. Y están también los linfocitos T memoria para impedir una segunda entrada y evitemos re infectarnos; estos son los que se usan en las vacunas.

Esta sería la trama biológica.

¿Cuáles serían las reflexiones psico bio sociales?

Imaginemos el cerebro humano con este sistema de defensas que percibe el contexto social; en el que ´nos corren el arco´ todos los días con noticias diferentes; no sólo informaciones contradictorias; muchas veces, informaciones parciales; y lo que necesita este sistema de defensa son certidumbres.

Una segunda reflexión, lo que ese cerebro necesita es no ´pensarnos como enemigos´; muy importante. Necesita recibir un mensaje claro y preciso, necesita lograr la convivencia de los miembros de la sociedad, y, finalmente, necesita lograr que este ´distanciamiento´ imprescindible no se perciba como un aislamiento abandónico.

Si logramos todas estas condiciones, es probable, tal vez, que nuestro sistema de defensa se logre adaptar finalmente. Es necesario que ampliemos nuestras miradas; que nos demos la oportunidad de escuchar muchas voces participando. Sobre todo, en este fenómeno novedoso al que conocemos poco; y por eso vamos construyendo sobre la marcha.

Tenemos más incertidumbres que certezas. Lo tenemos mareado a nuestro sistema de defensa. Además, él necesita un tiempo básico. Que es de semanas; ni siquiera es de años, son cuatro, seis semanas que requiere de certezas para que pueda reconocer e identificar al agente agresor, para   comenzar a fabricar anticuerpos defensivos que nos ayuden a sortear esta situación.

Para esto necesitamos, también, códigos sociales; necesitamos una sociedad hablando el mismo idioma. Necesitamos una sociedad colaborativa, solidaria que alcance una convivencia. Sobre todo, que dejemos de vernos como enemigos. Éstas son las tramas sociales que influencian a la biología”.

*Marcelo Mariño, especialista en clínica médica, matrícula 11937

Consultorios del Británico, Jujuy 1540 Rosario