"Después de los primeros tres o cuatro meses de las vacunas, nos dimos cuenta que los pacientes jóvenes que recibían vacunas de ARN mensajero, Pfizer o Moderna, producían miocarditis en un rango etario de entre los 12 y 29 años, predominantemente mayor entre los 16 y los 24 años de edad", aseguró Cingolani, director del Centro de Hipertensión Arterial y director asociado de la Unidad de Cuidados Críticos Cardiovasculares del Hospital Universitario Johns Hopkins, de Baltimore, Estados Unidos.

El especialista disertó a través de un video como parte de una presentación sobre "Las huellas del Covid" esta mañana en la jornada de cierre del congreso que se realizó en el predio de La Rural, en el barrio de Palermo, organizado por la Sociedad Argentina de Cardiología.

Cingolani dijo que la posibilidad de contraer miocarditis y pericarditis se daba en mayor medida luego de la segunda dosis de esas vacunas y estimó la prevalencia "entre 20 y 35 casos por millón, especialmente en varones".

Según el experto, uno de los trabajos más importantes sobre este tema fue el publicado en enero pasado que reunió "más de 190 millones de personas, a las que se le inocularon un total de 350 millones de dosis de vacunas de ARN mensajero".

El sistema electrónico que reporta efectos adversos por vacunas "informó 1.991 casos de miocarditis y pericarditis en esos 300 millones, y se vio que 1.600 calificaban como miocarditis asociada a las vacunas", señaló.

"Se vio que en el 90% de los casos tenían dolor de pecho, que en 100% tenían elevación de troponinas (proteína que permite que se produzca la contracción muscular) y en el 70% los electrocardiogramas sugerían eso", detalló sobre el trabajo.

El médico subrayó que "el 98% de los casos habían sido dados de alta del hospital" y que "la mortalidad fue 0".

Otra dato clave fue que la miocarditis o pericarditis asociada al suministro de la vacuna ARN mensajero "ocurre entre el día de la aplicación y los 4 ó 5 días posteriores y predominantemente después de la segunda dosis", detalló.

"Hubo un porcentaje más alto en quienes tuvieron la vacuna Moderna, que tiene tres veces más de ARN mensajero que la de la Pfizer", añadió.

Sin embargo, otro trabajo científico publicado en agosto pasado analizó cuál era el riesgo de tener miocarditis después de dos dosis de distintas vacunas y de haber tenido Covid-19.

"Se vio que en las primeras cuatro semanas luego de vacunarse, el riesgo de tener miocarditis era del 0,007%, muy inferior que la posibilidad de tener la enfermedad por Covid", afirmó.

De esta forma, Cingolani dijo que "los casos por miocarditis luego de las dosis con ARN mensajero existen, son mucho menores en AstraZeneca que en Pfizer y Moderna, y mucho menores, 6 o 7 veces menos, que a los vistos por la infección por Covid".

A su vez, explicó que "no todo el mundo se agarra miocarditis" porque "hay que tener un déficit en la inmunidad".

"En un trabajo con muestras de biopsia cardíaca de miocarditis se vio que el 75% de los jóvenes con miocarditis por Covid tenían una característica: anticuerpos neutralizantes, anti receptores de interleucina 1, que es una de las citocinas que aumentan en la inflamación", especificó.

En ese sentido, remarcó que la mortalidad por miocardtitis por vacuna "es casi inexistente, mientras que a causa de Covid suele ser más letal".

"La miocarditis se ha visto post influenza, post hepatitis B, y después de otras vacunas todos los años, es diagnosticada en aproximadamente 7 a 20 casos por 100 mil vacunados cada año", concluyó e informó que en un tiempo se podrá saber cuál es el mapa genético en aquellos que tienen predisposición a tener miocarditis por vacunas.