Investigadores estadounidenses evaluarán el potencial de un fármaco experimental administrado como terapia génica para evitar que los 38,4 millones de personas que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), viven en el mundo con VIH tengan que tomar medicamentos antivirales a diario durante toda la vida.

A través del anticuerpo monoclonal leronlimab testearán la seguridad y eficacia de una única inyección en primates no humanos que podría lograr que el organismo produzca su propio tratamiento antirretroviral de forma permanente.

Se trata de un nuevo estudio preclínico de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (OHSU) que atajaría las eventuales dificultades de adhesión a la TAR (Terapia Anti Retroviral), pero de resultados aún inciertos y no exento de riesgos, informó la agencia de noticias Sinc.

Como paso previo a ensayos en humanos, la investigación evaluará su seguridad y eficacia en primates no humanos infectados por el virus de inmunodeficiencia en simios (VIS) -emparentado con el VIH, causante del sida-.

Jonah Sacha, investigador principal, profesor del Instituto de Vacunas y Terapia Génica y del Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregón, sostuvo que "si este enfoque funciona como se espera, podría proporcionar una cura funcional para el VIH, lo que significa que podría suprimirlo lo suficiente como para que los pacientes ya no necesitarán tomar medicación antiviral diaria durante el resto de sus vidas”.

Los investigadores de la OSHU ya demostraron en 2019, en la publicación Nature Communications, que inyecciones bisemanales de leronlimab impedían que un tipo de macacos se infectaran con el VIS, equivalente en simios a la infección por VIH en humanos.

Javier Martínez-Picado, profesor de investigación Icrea en el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona, explicó que “por curar entendemos que no tengas que tomar medicamentos de por vida y que el virus en sangre sea indetectable para que no pueda ser transmisible”.

“Hablamos de curación funcional cuando tu sistema inmunitario es capaz de controlar la replicación del virus o de erradicación, cuando conseguimos eliminar completamente el virus del cuerpo”, añadió.

El leronlimab forma parte del grupo de medicamentos denominados inhibidores o antagonistas del correceptor CCR5, una de las cerraduras que el VIH debe abrir para infectar los linfocitos T CD4 -las células inmunitarias que son su objetivo prioritario-, pero que está implicado también en otras patologías como la esclerosis múltiple, el coronavirus o el cáncer metastásico.

El jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Santiago Moreno Guillén, sostuvo que “la terapia génica ya se utilizó pero con un éxito parcial, y este estudio es muy preliminar”.

“Los únicos individuos que se curaron de verdad son aquellos a los que se les realizó un trasplante de médula ósea con células que no tienen el correceptor CCR5, con lo que el virus no puede entrar”, concluyó el infectólogo.