El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente y ha duplicado sus cifras a nivel mundial en los últimos 20 años. En el Día Mundial del Sueño, una jornada conmemorativa que se celebra anualmente el primer viernes anterior al equinoccio de marzo desde 2008, se busca avanzar en la salud del sueño al enfrentar la epidemia de somnolencia e insomnio que amenaza la calidad de vida de las personas.

La Sociedad Mundial del Sueño, creada a partir de la unión de la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM) y la Federación Mundial del Sueño (WSF), es la encargada de difundir las distintas estrategias de prevención y tratamiento, sobre todo a partir de la creación de esta fecha que busca llegar a aquellos lugares en donde la medicina del sueño se encuentra menos desarrollada.

La importancia de un buen descanso

Un descanso reparador resulta muy importante dado que remite a una necesidad biológica del organismo que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento y bienestar. No descansar bien, por el contrario, puede conllevar menor productividad en el trabajo, fallos de memoria y razonamiento, peor humor, irritabilidad, ansiedad. Para quienes conducen vehículos, la falta de un buen descanso constituye un riesgo de sufrir accidentes de tránsito, así como también quienes estudian verán lo propio en sus rendimientos académicos.

Consecuencias más graves del insomnio

Algunas de las principales consecuencias del insomnio son los déficits cognitivos y de memoria. También problemas de ansiedad, depresión, hipertensión, diabetes u obesidad. Asimismo, se aumenta el riesgo de sufrir accidentes laborales, de tráfico y domésticos.

Claves para un buen descanso

Con motivo de este Día Mundial del Sueño, se ofrece una serie de recomendaciones para facilitar un descanso reparador.

-Establecer un horario de sueño regular:

Es fundamental tratar de levantarse y acostarse a la misma hora cada día. También es recomendable evitar quedarse en la cama más tiempo del necesario para dormir. Es indispensable seguir el ritmo de sueño propio del organismo.

-Prestar atención a los factores ambientales:

Mantener el dormitorio a oscuras, tranquilo y bien ventilado ayudará a descansar mucho mejor. Una temperatura ambiental confortable a lo largo de la noche también es importante.

-Mantener la cama y almohada en correcto estado:

El colchón que se use no debe ser ni demasiado blando ni demasiado duro. La almohada también debe tener una buena densidad y altura. Además, la cama debe ser un lugar reservado únicamente para el descanso, no para leer, ver la tele o trabajar. Si se pasa más tiempo que el del sueño en la cama, es probable que durante la noche no se descanse adecuadamente.

-Regular los horarios de las comidas:

Es muy recomendable no comer ni beber en grandes cantidades en las tres horas previas a acostarse. De lo contrario, se producen digestiones pesadas que interfieren con el sueño.

-Evitar las siestas largas durante el día:

Es recomendable dormir entre 15 y 30 minutos unas siete horas antes del horario de acostarse en la noche. Estas siestas de corta duración han demostrado tener beneficios cardiovasculares y mentales. Sin embargo, las siestas largas pueden causar problemas de conciliación del sueño nocturno.

-Realizar ejercicio físico:

Unos 40 minutos al día de ejercicio físico son muy recomendables. Sin embargo, esta actividad debe terminar entre unas 4 a 6 horas antes de la hora de acostarse, debido al efecto excitante que tiene.

-Ir a la cama en cuanto se tenga sueño:

No es bueno quedarse dormido viendo la "tele" en el living, por ejemplo. Además, es preferible no utilizar pantallas justo antes de dormir.

-Establecer un ritual relajante para ir a dormir:

Esto tiene múltiples beneficios. Leer algo ligero, ducharse, practicar ejercicios de relajación y evitar pantallas que mantengan en alerta nos ayudará a conciliar mejor el sueño.

-Llevar un estilo de vida saludable:

Una alimentación equilibrada y la práctica de ejercicio físico son la base de una vida sana, pero también debe evitarse el consumo de tabaco, alcohol o sustancias estimulantes si se quiere lograr un descanso adecuado.

-Consultar con especialistas la posibilidad de utilizar soluciones nutricionales:

Algunos complementos nutricionales contienen melatonina. Este inductor del sueño natural puede ayudar a reducir el tiempo que se necesita para conciliar el sueño. Por tanto, suplementos como la valeriana, pasiflora, espino blanco o amapola de California, que la contienen, pueden ayudar a descansar mejor.

-Acudir al médico en caso de no resolverlo

 

Fuente: EFE.