Tres internas de la cárcel de mujeres de Rosario fueron imputadas este jueves por haber provocado la muerte de otra mediante un incendio intencional que se expandió a la celda de la víctima y le provocó gravísimas quemaduras.

El cruento episodio, del 3 enero pasado, tuvo lugar en un momento en que las presas del pabellón 1 D estaban “engomadas”, es decir, encerradas, por problemas de convivencia. Con un detalle: las tres acusadas oficiaban de cuarteleras, un término que se utiliza para designar a aquellas que asisten a las demás con agua o comida. La víctima, Mercedes María Antelo (45), no tuvo escapatoria del fuego y el humo que invadieron su celda de 1,20 metro por 2,40 metros.

Con base en el registro de imágenes y testimonios de personal penitenciario del Complejo de 27 de Febrero al 7800, la fiscal Marisol Fabbro encabezó la investigación y este jueves llevó a imputativa a Aldana Peralta, Aida Rodas y Natalia Figueredo.

El trío de reclusas fue imputado por homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en calidad de coautoras. Eventuales condenas podrían alcanzar la prisión perpetúa. El juez Gonzalo Fernádez Bussy valoró la investigación y dictó prisión preventiva, sin plazos, para las tres.

Ese caluroso 3 de enero había estallado un conflicto de algunas internas con Antelo. Las razones no fueron exploradas. Por el alto nivel de conflictividad el pabellón quedó “engomado”. Y Antelo quedó a merced de sus enemigas, que actuaron con relativa libertad por haber sido designas como cuarteleras.

Según la investigación, una cámara mostró cómo Peralta se acercó hasta el pasaplatos de la celda 4, y arrojó varios “dispositivos incendiarios” que activó con un encendedor, en el interior de la celda de Antelo y provocaron la combustión del colchón. Luego, Peralta volvió a su celda para ocultar una botella que podría haber contenido un “tipo de acelerante”.

Las tres cuarteleras observaron impávidas cómo arreció el fuego –que incluso llegó a salir por el pasaplatos y el tragaluz– por al menos cuatro minutos, sin avisar a la celaduría. Luego, arrojaron dos baldes de agua que apagaron el fuego. Y la interna Figueredo tomó el encendedor que Peralta había dejado sobre una de las mesas del pabellón para ocultarlo en su propia celda, señala la investigación.

El 10 de enero, Antelo murió en el Hospital Eva Perón producto de una falla multiorgánica derivada de quemaduras en el cuerpo, rostro y vía aérea, con un porcentaje aproximado de lesión del 72 por ciento. La mujer era oriunda de Santa Fe y estaba presa por delitos contra la propiedad desde 2020. Según los informes, ingresó a la Unidad 5 el 11 de diciembre de 2023.

“Todas estas acciones, fueron desplegadas de forma tal que cada una de ellas realiza un aporte de tal naturaleza conforme al plan concreto, sin los cuales el hecho no podría haberse llevado a cabo dicho plan y aprovechándose de la situación de indefensión en la que se encontraba Antelo al estar encerrada en un pequeño espacio, sin posibilidad de escapar del lugar ni de poder apagar el fuego con los elementos que tenía en el interior de la celda”, le reprochó la Fiscalía a Peralta, Rodas y Figueredo.

De las tres imputadas, Peralta es la que posee un frente judicial más complicado. La mujer está acusada de integrar el cuarteto de gatilleros que el 6 septiembre de 2021 dio muerte al mecánico Carlos Argüelles, el testigo arrepentido en la causa contra el capo mafia Esteban Lindor Alvarado, en su taller de Garay 3572.