Paraguay anunció un secuestro récord de cocaína: más de 4 mil kilos camuflados en una carga de azúcar a granel que iba a ser enviada a Bélgica desde un puerto privado por una empresa exportadora cuyo nombre aún no fue dado a conocer.

La masiva incautación, de un valor estimado de 200 millones de dólares, se produjo este lunes en el puerto de Caacupemí, en el río Paraguay, en las afueras de Asunción.

Óscar Orué, director de Ingresos Tributarios, se refirió ayer en un operativo conjunto con Senad (Secretaría Nacional Antidrogas), cuyo vocero fue Jalil Rachid, y confirmó que los escáneres no detectaron la carga.

La cocaína iba a salir de un puerto privado de Asunción.

En ese sentido, señaló que, a diferencia de cargas anteriores en las que la cocaína estaba distribuida en los tradicionales panes, en esta oportunidad, la droga estaba contenida en bolsas de entre 23 y 25 kilos dentro de las bolsas arpilleras de 35 kilos.

La carga –dijo Orué– llegó el viernes pasado y que fue retenida para su control el día lunes por tratarse de azúcar, un producto de por sí considerado como sensible.

Orué contó que los narcotraficantes están cambiando las estrategias de envío para intentar burlar los controles y la forma en que la droga fue empaquetada hizo mucho más difícil su detección. “Como es un producto orgánico mezclado con otro producto, es más difícil”, dijo.

“Este es un procedimiento histórico a nivel de gobierno nacional; realmente es una incautación récord en lo que respecta a incautación: todavía hay tres contenedores más que se tienen que revisar detalladamente”, dijo Rachid en conferencia de prensa.

El director señaló que la empresa exportadora –de la que todavía no están dando a conocer el nombre– había realizado un envío similar recientemente que había pasado los controles de la institución a su cargo, por lo que en esta oportunidad ingresó por “canal verde”. Orué no descartó que los traficantes se hayan aprovechado de esa situación para introducir la droga, evitando riesgos de ser descubiertos, tras conocerse que la misma empresa había sido investigada ya en 2019.

La incautación no fue aleatoria: “Teníamos información de que podía haber un caso grande y se trabajó con base en eso”, dijo Orué.

En declaraciones recogidas por el diario ABC indicó que, en su última carga, la empresa había enviado azúcar, entre otros productos. El método de enviar la droga a granel ya había sido detectado en la última carga incautada en el aeropuerto Silvio Pettirossi en el interior de bolsas de almidón, a comienzos de mayo.

Personal de la Senad, con acompañamiento de personal de Dnit (Dirección Nacional de Ingresos Tributarios) y la Fiscalía, dieron apertura al segundo contenedor con azúcar de los cuatro que iban a ser enviados a Bélgica. El director de Comunicaciones de la Senad, Franciso Ayala, señaló que realizan la verificación de estos otros tres contenedores, pese a que “no tenemos alguna información que apunte que haya droga”.

“Por lo menos indicios no tenemos, pero corresponden a la misma empresa, mismo envío y es la misma carga de azúcar. Teniendo en cuenta ese patrón, los cuatro contenedores deben ser revisados minuciosamente”, añadió.