El fiscal Adrián Spelta, que investiga el asesinato de Máximo Geres (de 11 años), afirmó que el nene estaba jugando con amigos a metros de un quiosco de droga en Cabal al 1300 bis, cuando pasaron desde un vehículo y abrieron fuego contra ellos, ajenos a la situación. “Se han pasado todos los límites”, consideró y agregó que las armas y la moto secuestradas en un procedimiento posterior sería de las personas a las que estaba dirigido el ataque. 

“Lo que nosotros podemos adelantar es que hay una puja territorial entre una banda que está hace tiempo en esa zona, y otra que no es de la zona, pero se pelea por el territorio para la venta de estupefacientes. En esos ataques entre ellos, cuatro chicos estaban jugando cerca del objetivo principal y uno falleció”, dijo Spelta en diálogo en el programa De boca en boca (Radio 2).

El fiscal dejó en claro que el nene asesinado no tenía ningún vínculo familiar con Mauro Gerez, un conocido preso que está imputado por operar una célula de Los Monos en los barrios Ludueña y Empalme Graneros. “La familia es gente que está en el barrio, que colabora. Tiene un comedor barrial. Es gente que apoya a la comunidad y está ajena a las situaciones delictivas”, sostuvo.

Sobre la ametralladora y la pistola calibre 9 milímetros que fueron incautadas por el Comando Radioeléctrico a metros del crimen, Spelta explicó: “Se fue a buscar a las personas que fueron señaladas como el objetivo. Hubo una persecución y se secuestró una FMK vieja y una pistola en buen estado de conservación, más una moto con una mancha de sangre. Podríamos tener algún indicio sobre hacia quiénes estaba dirigido el ataque”.

Por su parte, añadió que el adolescente de 13 años herido de bala en el pecho en la misma emboscada “evoluciona favorablemente”, mientras que los otros dos lesionados (Naiara N., de 2 años, y Salomón L. de 13) “están fuera de peligro”. Todos están internados en el Hospital de Niños Zona Norte.