Setecientos millones de dólares. El gobierno tuvo que desprenderse de una cifra en cinco días de gestión de un nuevo Ministro vestido de Bombero. La llegada de Massa al Poder Ejecutivo es un Plan de Emergencia (así lo definió el propio ministro) con el fin de acomodar el barco al menos hasta fin de año. Pero arrancó contra las cuerdas.

El Gobierno necesita que ingresen dólares y no lo contrario. Hasta fin de año al menos. Que se liquide la cosecha 2022. Que le crean que hay un proyecto. Se sabe que el 2023 es año calendario de una nueva campaña electoral donde todos harán lo posible para organizar sus expectativas en el reemplazo presidencial.

Massa habla con Máximo, con Cristina, también con Macri, Bulrrich o Milei. Massa habla con todos. Puede acordar con los piqueteros o el establishment económico. Sabe qué decir para, como un Zelig de este tiempo (memorable personaje del film de Woody Allen), integrar la charla al confort de su interlocutor. Lo que hoy se critica es la base de la política. El Frente Renovador asume su sincretismo, esa tendencia a conjuntar y armonizar corrientes de pensamiento o ideas opuestas. Lo que se le critica es lo que se desea; la antigrieta.

Los palos en la rueda ya los había puesto Cristina. El Covid demoró el nocaut que tenían preparado para el Okupa. O se corre o lo llevamos puesto. Miti y miti. El error de Alberto y sus estrechos pero escasos colaboradores es haberse creído eso de que era Presidente. Nunca, en la cabeza del Kirchnerismo, eso estuvo en juego. El debía ser (en lenguaje playstation) un luchador comandado por el joystick de la vicepresidencia. Y el cable conector no entendía las órdenes. La lapicera no se usó y Olivos era una fiesta rara.

La llegada de Sergio Massa al Poder tiene antecedentes similares en los últimos años. Un abogado Ministro de Economia? Ya lo vimos en 1989 antes de la gran crisis hiperinflacionaria con el Presidente de la Cámara de Diputados de entonces también abogado Juan Carlos Pugliese. “Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”, dijo en el comunicado de renuncia cuando las llamas se desparramaron con una nueva corrida. El vasco José de Mendiguren también es abogado, aliado de Massa, ocupó el Ministerio cuando Duhalde necesitaba respuestas después de las cajas vacías del 2001.

“Esta crisis la arregla la política, no la técnica de la economía”, confiesa un hombre de Massa y da detalles de un análisis de café: “Trajimos a un joven brillante desde EEUU (Martín Guzman) formado por un premio Nobel (Joseph Stiglitz) en las mejores universidades. No funcionó. Cuando López Murphy asumió un plan económico con De la Rua duró dos semanas por lo mismo, la falta de respuestas políticas. El único que supo manejar ambas cosas fue Cavallo”.

Esta semana cuando Massa asumió su cargo sus amigos y funcionarios militantes se agruparon alrededor de su gran respaldo: Malena Galmarini, para cantar “borombombon, somos del Frente Renovador”. El líder los mandó a callar ante la nueva grabación de un móvil. Massa sabe, aunque a veces tropieza, que fuera de los despachos se vive la política como un “The Truman Show”, hay cámaras y “actores” por doquier. Todo es transmitido casi en vivo. A veces lo usó a favor y otras como el viernes fue entrampado.

En Correa (Santa Fe), en pleno festejo por el reinicio del ramal Rosario-Cañada de Gómez una mujer armó una potente escena transmitida para todo el país. Insultar sin titubeos al hombre político de la semana simulando un encuentro cariñoso. Una trampa que alguien vende y por supuesto alguien compra. Se la hicieron a todos. Se la harán a todos. Nadie está libre de culpa y cargo de esas operaciones.

Hasta el Mundial. Massa tiene un plan que llega al 21 de noviembre. Después veremos. Que se liquide la cosecha. Que entren dólares. Que De Paul deje de boludear con los programas de chimentos y que Messi haga lo que le falta para ganar la Copa.

Como líder del Frente Renovador Massa ha tenido que remar para encontrar puentes de diálogo: Solo tiene 9 diputados Nacionales y solo un Gobernador de su partido (Oscar Herrera Ahuad, Misiones).

Los Massistas de Santa Fe no son muchos. Hay tres referentes fuertes de un Frente que pintaba transversal. Diego Giuliano, Oscar Martínez y Vanesa Massettani. Al trio se le sumó como oportuno respaldo el propio gobernador Omar Perotti. Inesperadamente y sin tutores nacionales fuertes el gobernador de Santa Fe actuó práctico e inteligente: aplaudir el ingreso del hombre que debe firmar cheques para las provincias argentinas: el nuevo dueño de la caja. Cuando se recuerda que la última foto de Guzmán en el Ministerio fue con Perotti y Fernández firmando el acuerdo por la deuda que el Gobierno Nacional tiene con Santa Fe.

El Secretario de Transporte de la Nación, el ex concejal rosarino Diego Giuliano cree que hay dos lecturas: “Massa hace una semana era el Presidente de la Cámara de Diputados hasta 2023 con lo que eso significaba, el sillón de ese cargo tiene dos metros de altura. Y Massa eligió renunciar a todo eso para ocuparse de la economía. Eso habla del compromiso de Massa. En segundo lugar no hay ningún salvador y esto no es de un día para otro. Pero es un líder de un equipo. Sabe cómo plantear un equipo de trabajo en un contexto especial como este”.

Oscar “Cachi” Martínez también confía en su líder: “Massa tiene una inteligencia y capacidad de trabajo reconocida por propios y extraños. Y una capacidad de diálogo fundamental para mantener la unidad el frente pero se extiende a la oposición, se vio su acción en la Cámara de Diputados. Hoy pone en juego todo su prestigio y su carrera política. La pone al servicio de la Patria. Las primeras señales han sido esperanzadoras. Pero hay que ser cautos. Este es un relanzamiento del gobierno y el inicio de una nueva etapa”.

La diputada Nacional Vanesa Massetani, está convencida que Massa “trae soluciones y racionalidad a nuestra economía en crisis”. “En una situación tan delicada como la que atraviesa el país, es un gesto patriótico afrontar este desafío. Massa no aceptó tal responsabilidad para los titulares de los diarios, sino para traer orden en las cuentas públicas y previsibilidad en la economía”, agregó Massetani quien trabaja en el bloque del Frente Renovador desde 2015.

Con los videocelulares encendidos la política argentina trafica sus mejores y peores imágenes. Se espera un milagro. Con una mueca sonriente y canchera no alcanza, tampoco la palabra justa que invoque soluciones. Al desencanto si les hablas con el “corazón” te contestan con el bolsillo. El Silo bolsa no se toca.