La militancia kirchnerista clama por Cristina presidenta. Ella atiende el juego, riega el costado emocional y mantiene viva la expectativa. En 2019 vio que no le alcanzaba y convocó a Alberto Fernández y Sergio Massa. ¿Esta vez sí le alcanza? ¿O su destino es ser candidata a senadora por Buenos Aires, con su nombre en letras grandes estampados en el segundo cuerpo de la boleta sábana de esa provincia?

Cristina no necesita definir ahora. Tiene 6 o 7 meses de ventaja sobre el resto de los candidatos, salvo Mauricio Macri, quien también se maneja con tiempos diferentes a Rodríguez Larreta, Bullrich, Vidal o los aspirantes de la UCR. 

El acto en La Plata del jueves obedeció a cuestiones más inmediatas. 

-Contener a la tropa propia, evitar fugas, mantener viva la esperanza y que ésta se convierta en creciente clamor. No dijo cómo ni dónde, pero el mensaje inequívoco es que va a ser protagonista en 2023.

-Mostrar la vigencia de su poder de convocatoria a una escala que ningún otro dirigente puede empardar, se mida por cantidad de asistentes o en términos cualitativos, por la centralidad y expectativa que genera entre quienes la quieren y la rechazan en medios de comunicación, redes, mercados y el resto del sistema político. Cristina no fue a un ámbito como invitada; fue un acto que montó ella a la medida de sus tiempos y necesidades. ¿Quién podría?

-Un discurso menos beligerante y más convocante a las partes sueltas (y desorientadas) del Frente de Todos. Es muy relevante el mensaje: para 2023 hay que hablar con ella y no con Balcarce 50. Ya sea para la hazaña de conservar el gobierno o para retener la mayor cuota de poder posible si tocara perder. Intendentes, gobernadores, dirigentes ya tomaron nota hace tiempo. Al fin y al cabo, afuera del peronismo no pareciera haber nada tentador para los peronistas; y adentro el albertismo nunca alumbró. 

-La demostración de poder de Cristina fue dirigida también a la Corte Suprema y el Poder Judicial en medio de la batalla por la composición del Consejo de la Magistratura y a un mes de que se lea el veredicto en la causa Vialidad. Ese estadio lleno insistiendo una y otra vez con “…si nos tocan a Cristina qué quilombo se va a armar…” y la posibilidad siempre abierta de mandar a prisión a la vicepresidenta es como la guerra fría que sobrevuela la guerra convencional del día a día. Todos dicen que las armas nucleares son a fines disuasivos, pero el botón rojo está ahí y nadie da garantías de que en algún momento no vayan a oprimirlo. 

-Uno de los aspectos más señalados del discurso de La Plata es que por primera vez Cristina habló de la inseguridad, pero se refirió al conurbano bonaerense. ¿Habrá visto en las encuestas que, como en Rosario, ni el 100% de inflación bajó a la seguridad de ser el tema que más angustia a la gente? Casi que en ese tramo habló como si todavía fuera senadora de Buenos Aires, y una vez más desde “afuera” del gobierno, reclamó que se “inunde de gendarmes” el conurbano bonaerense. 

Después de tantos años de introspección sobre la cuestión de la seguridad –y en especial cuando la presidenta era ella y no hablaba del tema–, podría haber aportado alguna idea novedosa que se salga de los lugares comunes y el reclamo de más efectivos federales. El pasaje del discurso expuso la falta de ideas del kirchnerismo para enfrentar esa problemática. Y es justo no dejarle pasar desde Santa Fe, y en especial desde Rosario, el estupor por oírla hacer mención a la instalación del narcotráfico como si los períodos de gobiernos kirchneristas no tuvieran ninguna responsabilidad.

Rabbia peronista

 

En el peronismo santafesino la novedad de esta semana fue la decisión del senador por el departamento Rosario Miguel Rabbia de irse del bloque perottista de la Cámara alta y armar un bloque unipersonal referenciado con el senador nacional Marcelo Lewandowski. 

Sin apuro pero sin pausa, Lewandowski y su espacio, heredero del bielsismo, decidieron moverse como espacio independiente en un contexto donde el peronismo especula sobre qué hará o dejará de hacer el senador nacional en 2023. 

Su punto débil es cierta “orfandad” política. Leandro Busatto, Marcos Cleri y eventualmente Eduardo Toniolli, cada uno tiene referencias nacionales claras; mientras Roberto Mirabella en el gobierno provincial. Lewandowski no es el candidato natural ni de la Nación ni de la provincia.

Sus ventajas: es el que mejor mide en las encuestas y tiene banca hasta 2027. Una precandidatura a gobernador es su primera jugada, pero no la única: su nombre también se menciona para la Intendencia de Rosario. Sería una mala noticia para Roberto Sukerman, quien se autoimpuso que aceptará una tercera postulación en la ciudad siempre y cuando sea el nombre de un acuerdo peronista amplio.

Todo está en pañales, pero con el intendente haciendo planes para competir por la provincia, dejando una gestión que no alcanza aún niveles de aprobación tranquilizadores, se abre una oportunidad de rediscutir el poder político en la ciudad. Además, con la posibilidad de ampliar la base electoral: Ciudad Futura quiere competir en una interna contra candidatos del peronismo siempre y cuando el envase sea el de un frente local, de alcance rosarino, y que no esté integrado a lo que arme el PJ santafesino de Perotti y el NES, el espacio de los senadores departamentales. 

Izquierdas

 

Esta exploración de Ciudad Futura lo ubica afuera de la conformación del espacio de izquierda “social, político y cultural superador y alternativo a las expresiones conservadoras de Juntos por el Cambio ampliado y el gobierno provincial y sus aliados” que se presentó este sábado. Para ponerle nombres concretos: Carlos del Frade, Rubén Giustiniani, Fabián Palo Oliver, Claudia Balagué y Eduardo Di Pollina, los cuatro primero actuales diputados provinciales. Incluye a Pares, SI, Causa y Libres del Sur. Salvo el Frente Social y Popular de Del Frade, casi todos estuvieron en el Frente Progresista y rechazan un frente electoral que incluya al PRO y un radicalismo mimetizado con JxC. Dentro del Frente Progresista el anillo de contención se los daba el Partido Socialista, pero se bajan del camino al no estar Miguel Lifschitz para conducirlo y al pasar ese eje vertebrador a manos de la UCR. El interrogante es si este espacio desarrollará suficiente dentadura para morder parte de la base electoral del Frente Progresista. Se lo pregunta el peronismo para ver si puede sacar provecho. Y es un tema central en el debate interno del socialismo, donde ir a convivir en un frente con el peronismo no es por gusto. Desde la muerte de Lifschitz, todas las decisiones se toman bajo el principio del mal menor.

Rabia legislativa

 

Tras el paso por Diputados del ministro de Economía Walter Agosto, es un hecho que el 1°de enero el gobierno provincial tenga aprobado el presupuesto 2023. El 29 se votarán los cambios que se terminarán de afinar entre esta semana y la próxima para que luego el Senado le dé sanción definitiva. 

No se espera la misma armonía a la hora de la Asamblea Legislativa convocada para el jueves próximo. La aprobación de pliegos de fiscales y jueces civiles está encaminada, a excepción de algún caso puntual. También se tratarán los dos pliegos para el director del Ente Regulador de Servicios Sanitarios, donde espera recalar el abogado y ex ministro de Seguridad Jorge Lagna. No será la primera vez que se vota un director que como todo antecedente relacionado a los servicios sanitarios reúne el haber cambiado el cuerito de una canilla (en verdad es hora de dar de baja el Enress). Juntos por el Cambio, el socialismo y otros bloques minoritarios votarán en contra. Hacen hincapié en su paso por el Ministerio de Seguridad durante dos gestiones con funcionarios que serán imputados el 29 de noviembre. Evolución radical, que reúne 17 votos en la Asamblea entre diputados y senadores, definirá el miércoles, aunque es probable que vote a favor. El peronismo también. 

Sin embargo toda la atención de la Asamblea Legislativa estará puesta en cómo se resuelve el terremoto generado en torno al concurso de 36 jueces comunitarios. 

El concurso que llevó adelante el secretario de Justicia Gabriel Somaglia sumó denuncias de acomodo, discrecionalidad y “dedazo” de los diputados Fabián Palo Oliver y el pullarismo. El jueves, 24 horas después de que la ministra de Gobierno y el propio Somaglia defendieron a capa y espada el procedimiento y ratificaron que el Ejecutivo no retirará los pliegos, una jueza de Villa Constitución ordenó frenar la votación del correspondiente a la vacante en la localidad de Santa Teresa. 

Fuentes del gobierno insistieron este fin de semana que no habrá un retiro en bloque de pliegos como piden los diputados de la UCR, pero dejaron abierta la puerta a ver qué pasa con cada pliego en la comisión de acuerdos el día antes de la Asamblea.

El concurso de jueces comunitarios terminó siendo un campo de batalla atravesado por acusaciones entre opositores y gobierno, y entre radicales y socialistas. Desde mañana y hasta el miércoles las partes intentarán desescalar el conflicto como para que el debate no se transforme en una carnicería política. Fue un primer paso positivo desechar la idea de dejar la Asamblea sin quórum para que los pliegos sean aprobados de forma ficta. Desde ya que se descarta que más de un pliego quedará en el camino.

Mientras los jueces comunitarios concentran todo el ruido, por el costado pasan otras cosas con llamativo silencio. Es el caso del “Plan Provincial de accesibilidad ciudadana a los medicamentos”, un proyecto de ley que tiene media sanción del Senado y deja abierta la puerta a la privatización de la provisión, administración y distribución de todos los medicamentos que compra el Estado provincial, ya sea a través del Laboratorio de Industrias Farmacéuticas, hospitales, Samcos y el Iapos. No es una hipótesis ficcionada: la obra social de la provincia funciona así desde 1991. Este año la obra social le dará casi 20 mil millones de pesos al Colegio de Farmacéuticos de la Primera Circunscripción y éste define qué se compra y qué no, cómo, a quién y a qué precio; qué medicamentos se autorizan a los afiliados y cuáles no; se audita a sí misma y cuando un afiliado se queja lo atiende el propio prestador privado en lugar de la obra social. 

El proyecto de ley abre la puerta para extender ese negocio a la compra de todos los medicamentos que adquiere el Estado. Otras decenas de miles de millones públicos para negocios privados. El medicamento como bien social pasa a segundo plano y prima la mercantilización y el negocio cautivo a costa del Estado. En la comisión de Salud obtuvo dictamen en un día y sin debate. Y este viernes (¡sí, viernes!) consiguió un sorpresivo y velocísimo dictamen de Presupuesto, de nuevo con votos transversales de las tres principales fuerzas políticas y algunas minoritarias. 

El silencio de la política suele ser más espantoso y decepcionante que el ruido.