Junto con científicos de Dinamarca, Noruega, los estudiosos españoles lograron determinar la posición, duración, evolución y velocidad de los rayos azules. Además, pudieron relacionar también al microsegundo, el rayo progenitor y su evolución en forma de luz ascendente por la estratosfera, cosa que nunca antes se había conseguido.

En ese sentido, investigadores de la Universidad de Valencia registraron y analizaron por primera vez un rayo azul desde el primer microsegundo de su origen hasta su propagación por encima de las nubes en la estratosfera, según resaltaron de la revista Nature.

Víctor Reglero, profesor de Astronomía y Astrofísica e investigador del Image Processing Laboratory (IPL) de la Universidad de Valencia destacó que es la primera vez que se pudo "correlacionar un rayo progenitor con la emisión predominante en el azul, propagándose hacia las partes más altas de la atmósfera”.

"Ahora ya tenemos rayos que se propagan desde la nube al suelo, viceversa o entre nubes, y también rayos azules que ascienden desde la nube a capas muy altas de la atmósfera: esta es la novedad”, explicó

El Atmosphere Interactions Monitor (ASIM) instalado en la Estación Espacial Internacional, logró registrar cinco erupciones muy violentas cerca de la isla de Nauru en el Pacífico Central. "Se trata de erupciones de plasma que se originan a 16 km de altura desde la nube y parten, en cuestión de microsegundos, hacia las zonas más altas de la estratosfera", explicó el coautor del estudio. 

En ese sentido, los rayos se originan a 10-15 km de altura desde las nubes y suben por encima de ellas, ascendiendo por la atmósfera.

Los chorros azules son descargas eléctricas atmosféricas similares a rayos de varios cientos de milisegundos de duración que se abren en forma de conos a medida que se propagan desde la parte superior de las nubes de tormenta hacia la estratosfera . Se cree que se inician en una ruptura eléctrica entre la región superior cargada positivamente de una nube y una capa de carga negativa en el límite de la nube y en el aire por encima. 

Los investigadores consideraron que su descubrimiento tiene impacto en el calentamiento de las zonas superiores de la atmósfera terrestre, así como en el Circuito Eléctrico Global (CEG). Según el modelo básico, la atmósfera de la Tierra (desde las nubes a 10 km hasta la ionosfera, a 100 km) es una especie de circuito eléctrico elemental donde los electrones libres de las nubes suben hasta la ionosfera y luego bajan, lentamente, hasta la superficie de la Tierra.

El descubrimiento afecta al estudio del calentamiento de las capas más altas de la atmósfera terrestre y al circuito eléctrico global. El equipo de investigación consiguó el año pasado el reconocimiento de estar en la primea plana de la revista Nature por una investigación sobre fenómenos atmosféricos violentos y este año volvió a obtener el mismo premio, por última investigación, según publicó Crónica.