Luke Thill, un niño de 12 años del estado de Iowa en Estados Unidos, decidió dejar de lado las vacaciones de verano para lanzarse a un ambicioso proyecto: tener una casa propia.

Luke debió adaptarse a un presupuesto y espacio acotados. Su casa no tiene ambientes grandes, ni lujosos adornos. Sin embargo, con mucha creatividad y esfuerzo, pudo construir su propio hogar con una cocina, un living comedor y una cama grande para dormir.

Cuando el adolescente llevó la idea a su papá, este le dejó en claro cómo serían las cosas. "Vos vas a recaudar el dinero. Vos vas a trabajar para construirla. Y nadie más que vos será el dueño de ese lugar", dijo Greg Thill, el padre de Luke.

El niño puso en marcha su emprendimiento con distintas tareas para recaudar fondos: cortó el pasto de todo el vecindario, juntó dinero por internet y buscó las formas de financiar su obra.

El lugar para la construcción fue el patio trasero de la casa de sus padres. Aunque se niega a definir al inmueble como un simple cuarto de juegos o una casa de árbol, Luke la llamó una "vivienda inicial", según publicó la nación.

"Era una oportunidad para que un joven hiciera algo más que jugar videojuegos o hacer deportes", dijo Greg, quien colaboró con su hijo y lo orientó durante el proceso.

El sueño de Luke comenzó en las redes sociales, donde empezó a ver todos los videos que encontrara sobre casas pequeñas: "Me obsesioné con ellos y decidí construir la mía", aseguró. Las reglas de su padre lo obligaron a buscar distintas maneras de conseguir los materiales para la construcción. Algunos los encontró olvidados en su casa, otros los intercambió con algún vecino ofreciendo su trabajo y el resto los adquirió con el dinero que había recaudado.

Además, buscó ayuda con especialistas que le enseñaron a hacer algunos trabajos: "Un vecino electricista le ayudó a hacer todo cableado, a cambio Luke limpió su garaje. Otro lo ayudó a poner la alfombra y Luke le cortó el césped. También usó cosas que encontró en la casa de su abuela y la puerta de su casa la obtuvo de un amigo de su tío. Estaba en mal estado y Luke la dejó como nueva", informó Greg.

A su vez, el joven tuvo que resignar y reorganizar sus planos cuando se dio cuenta de que requería demasiado esfuerzo y dinero la instalación de un sistema de plomería funcional para poder tener un baño. De esta forma, no tiene otra opción más que regresar a la casa de sus padres para bañarse o hacer sus necesidades.

Con 1,5 metros de ancho y 3 metros de largo, y un gasto total de 1.500 dólares, el adolescente finalizó su propio lugar donde duerme varias veces a la semana, recibe a sus amigos y encuentra la concentración para poder estudiar.