Un sabor agridulce quedó para los abogados que acompañaron a la familia de Norma Gómez en la querella del juicio contra Hernán Lazo por el crimen de Rocío Daiana Gómez, la sanlorencina de 17 años que fue secuestrada, abusada, asesinada y enterrada en un domicilio de barrio La Florida en 2011.

Los jueces Fernando Sosa, Silvana Lamas González e Ismael Manfrin condenaron a Lazo a 20 años de cárcel por el homicidio tal como lo había solicitado la Fiscalía, pero “la resolución no contempló la gravedad de que fue privada de su libertad junto a su bebé antes de su muerte, un delito de mayor calificación legal”, estimó la letrada perteneciente al Centro de Acceso a la Justicia (CAJ) y miembro de la Querella, Nadia Darigo.

En un diálogo con Rosario3, el día después de conocerse el veredicto contra Lazo, Darigo destacó: “Estamos conformes que le dieron una pena alta y esperábamos que eso suceda. Se comprende que no podían condenarlo por la figura del femicidio, que también es de una pena perpetua, porque la causa ya condenó a su hermano Juan José y esa figura no existía cuando ocurrió el crimen (en 2011, antes del nuevo Sistema Penal de 2014). Reconocemos que los 20 años por homicidio simple, es una condena alta, pero, por lo horroroso del caso, pensamos que debía ser una pena mayor”.

Entonces manifestó: “No acreditaron la privación ilegítima de la libertad, pero a su vez todo el juicio rondó en torno a esta. Tanto la Fiscalía como la Querella, hicimos durante todo el juicio hincapié en que Rocío y su bebé estuvieron privados de su libertad en esa casa, donde fue vista con vida por última vez por su mamá. En el juicio esto fue acreditado, y, sin embargo, no fue parte de la condena, ya que en el juicio a su hermano esta figura no fue tomada, solo la privación de libertad de su madre Norma y su pareja”.

Cabe destacar que la figura de privación de libertad seguida de muerte requiere una pena de cadena perpetua y no es una condena frecuente por esa alta pena.

En otro orden de cosas, la abogada también manifestó que junto a su colega del CAJ que acompañaron a Norma, Salvador Vera, sintieron que “el Tribunal no ponderó que la acompañamos desde el primer día a ella y a su familia. Nosotros consideramos que 14 años después, también es nuestro logro esa condena”. Recordó entonces que “la trabajadora social Cecilia Andreucci fue quien atendió aquel primer día a Norma en el CAJ, y fue la primera en creerle (antes Norma llevó su denuncia a un juzgado rosarino, donde no fue tomado el caso tras no creer su relato de haber sido privada de su libertad con su pareja, su hija y su nieto, y abusada sexualmente junto a Rocío). Andreucci la siguió acompañando hasta el día de hoy, y a ella se suma el trabajo de cinco abogados del CAJ a lo largo de los años”.

El día después de la familia de Rocío

La abogada Dorigo dio algunas precisiones a este medio en torno a la vida de Norma, quien fue víctima en este caso así como testigo, y destacó el acompañamiento que tuvo a lo largo de todos estos años: “Desde que ocurrió el hecho, Norma debió vivir bajo el sistema de protección de testigos por temor a represalias de Hernán Lazo. Junto a sus siete hijos y a su nieto Kevin (hijo de Rocío, quien también declaró en el juicio) debieron irse a vivir a otra ciudad. Vivieron en diferentes lugares desde entonces, y tiene seguimiento psiquiátrico por el trauma de haber perdido a su hija de esa manera, y de haber sido ella misma violada y privada de su libertad”.

Norma hoy sigue viviendo con temor y a cargo de sus hijos y nieto. Quien era su pareja, se separó hace unos años y retornó a vivir en Uruguay. Finalmente, destacó que “luego de atravesar este juicio, Norma expresó que recién ahora va a poder hacer el duelo y aceptar que su hija está muerta”.

Sobre dicha negación ante las evidencias, Dorigo explicó: “Aunque dio positivo el ADN que se realizó en el banco nacional de datos genéticos en Buenos Aires, ella no entendía que su hija no estaba viva. La ultima vez que la vio fue cuando ambas estaban secuestradas en la casa de Lazo, donde vio cómo fue golpeada y abusada, y estaba rapada, desnuda y con el cuerpo encintado”.