La nariz y la garganta arden y los ojos lagrimean. El humo tóxico que el viento arrastra desde las islas ardientes a Rosario, a veces, es irritante y en otras ocasiones, directamente, impide respirar. Puede ser advertido por su olor penetrante, incluso visto en un negro difuso contra las nubes pero también puede ser invisible. Su presencia a ambos lados del río inquieta, asfixia y además de ocasionar un malestar físico palpable y concreto deja sus huellas en la salud mental de los rosarinos. No sólo son cenizas.

La quema de pastizales en las islas se convirtió en una causa nacional con distintos ángulos de abordaje. La Universidad Nacional de Rosario (UNR) se propuso atender las consecuencias que provoca el humo en la salud de las personas obligadas a respirar ese aire cargado de cenizas. El jueves pasado entregó a la Corte Suprema de Justicia un documento que alerta sobre los problemas cardíacos y respiratorios que arrastra el humo. En contacto con Rosario3, María Dolores Marc, directora de Salud de la UNR, recordó que junto al Observatorio Ambiental se activó un servicio telefónico dedicado específicamente a las afecciones producto del humo proveniente de los incendios en las islas que ya ha atendido unas 400 consultas. “Estas partículas que genera la quema provoca un proceso inflamatorio que causa falta de aire, picazón en ojos y piel, sensación de ahogo, tos irritativa y dolor”, advirtió.

Pero eso no es todo. “En medio de la pandemia que ya de por sí anímicamente afecta, esto complica más el problema”, señaló. Es por eso que además de asesoramiento médico y también jurídico, se abordan los padecimientos psicológicos del humo. Carolina Parisi, psicóloga especialista en Trastornos de Ansiedad y Sexualidad, integra el grupo de profesionales dedicado escuchar a quienes llaman: “Las sensaciones tienen que ver con ahogo, mareo, opresión en el pecho, taquicardia, irritabilidad en los ojos, tos, falta de aire, de oxígeno. Esto genera mucha ansiedad, molesta mucho tener que inhalar el humo y no poder tener oxígeno suficiente”, describió sobre los síntomas que describen del otro lado del teléfono.

De acuerdo a la profesional, estas sensaciones promueven cansancio y ansiedad: “Se escuchan síntomas que están asociados a los ataques de pánico. También advertimos cuadros de hipocondría”, señaló. En este sentido, observó que muchos de los que se comunican revelan que padecen rinitis producto del humo y es frecuente que crean que se han contagiado coronavirus. En esos casos, se hace una derivación al servicio dedicado especialmente a la pandemia.

“Se le brindan ciertas herramientas para mejorar la respiración y también técnicas de relajación”, comentó Parisi en relación a la respuesta otorgada y concluyó: “El estar ansioso producto de la falta de aire agrava el cuadro por lo que trabajamos para que la persona recupere una capacidad respiratori. profunda”.

Las atenciones son telefónicas, de lunes a viernes de 10 a 18 en los siguientes números telefónicos: 341-155311944, 341-153311899, 341-155312149 y 341-155312167.