Las tensiones bélicas que se desprenden de conflictos armados como los que siguen en curso en Ucrania y medio oriente, llevaron a un grupo de científicos atómicos a ajustar el "Reloj del Juicio Final", una forma de representar lo cerca que está la humanidad de provocar su propia aniquilación. Este martes se fijó el reloj en 89 segundos para la medianoche, un segundo más cerca de lo que se fijó el año pasado.
Los argumentos de este cambio incluyen como factores de riesgo de una catástrofe global las amenazas nucleares lanzadas por Rusia por la intervención de Estados Unidos en la guerra que se sigue lidiando sobre territorio ucraniano; tensiones vigentes en otros puntos del mundo como Israel y Gaza; el cambio climático; y las aplicaciones militares de la inteligencia artificial.
La organización sin fines de lucro "Boletín de los Científicos Atómicos", fundada en Chicago en 1945 por científicos entre los que se encontraban Albert Einstein y J. Robert Oppenheimer, creó el reloj en 1947 durante las tensiones de la Guerra Fría que siguieron a la Segunda Guerra Mundial para advertir al público sobre lo cerca que estaba la humanidad de destruir el mundo.
"Los factores que influyeron en la decisión de este año (el riesgo nuclear, el cambio climático, el posible uso indebido de los avances en la ciencia biológica y una variedad de otras tecnologías emergentes como la inteligencia artificial) no eran nuevos en 2024. Pero hemos visto un progreso insuficiente a la hora de abordar los desafíos clave y, en muchos casos, esto está dando lugar a efectos cada vez más negativos y preocupantes", dijo Daniel Holz, presidente del Comité de Ciencia y Seguridad del Boletín.
Y añadió: "Fijar el Reloj del Apocalipsis en 89 segundos para la medianoche es una advertencia a todos los líderes mundiales".
A su vez, Holz advirtió que "la guerra en Ucrania sigue siendo una fuente importante de riesgo nuclear", y sumó: "Ese conflicto podría escalar y llegar a incluir armas nucleares en cualquier momento debido a una decisión apresurada o por accidente o error de cálculo".
En noviembre, el presidente ruso Vladimir Putin redujo el umbral para un ataque nuclear en respuesta a una gama más amplia de ataques convencionales, una medida que el Kremlin describió como una señal a Occidente en medio de una guerra en la que Ucrania ha recibido armas suministradas por Estados Unidos y sus aliados. La doctrina actualizada de Rusia estableció un marco para las condiciones bajo las cuales Putin podría ordenar un ataque con el arsenal nuclear más grande del mundo.
Rusia dijo en octubre que no discutirá la firma de un nuevo tratado con Estados Unidos para reemplazar el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, que limita las armas nucleares estratégicas de cada parte y que expira en 2026 porque Moscú cree que necesita ser ampliado y expandido para cubrir a otros países.
"La agresión rusa en Ucrania, incluido el uso reiterado de amenazas nucleares desde que comenzó la guerra, ha sido inquietante. Además, el reciente retroceso de Rusia en importantes tratados de control de armamentos es una señal alarmante del aumento del riesgo nuclear", afirmó Holz.
Medio Oriente ha sido otra fuente de inestabilidad con la guerra entre Israel y Gaza y las hostilidades regionales más amplias que involucran a países como Irán. China, que posee armas nucleares, ha aumentado la presión militar cerca de Taiwán, enviando buques de guerra y aviones a las aguas y el espacio aéreo alrededor de la isla que Beijing considera su propio territorio. Corea del Norte, que posee también armas nucleares, continúa con las pruebas de varios misiles balísticos.
"Estamos observando de cerca y esperamos que el alto el fuego en Gaza se mantenga. Las tensiones en Medio Oriente, incluso con Irán, siguen siendo peligrosamente inestables", declaró Holz. Y siguió: "Hay otros posibles puntos calientes en todo el mundo, incluidos Taiwán y Corea del Norte. Cualquiera de ellos podría convertirse en una conflagración que involucre a potencias nucleares, con resultados impredecibles y potencialmente devastadores".
También se hizo referencia a los avances registrados en materia de inteligencia artificial, lo que generó una creciente preocupación entre algunos expertos sobre sus aplicaciones militares y sus riesgos para la seguridad global.
"Los avances en inteligencia artificial están empezando a aparecer en el campo de batalla de forma tentativa pero preocupante, y es especialmente preocupante la posibilidad futura de que la inteligencia artificial se aplique a las armas nucleares. Además, la inteligencia artificial está alterando cada vez más el ecosistema de información mundial. La desinformación y la información errónea impulsadas por la inteligencia artificial no harán más que agravar esta disfunción", afirmó Holz.
Se mencionó, además, que el año pasado fue el más caluroso de la historia, según los científicos de la Organización Meteorológica Mundial de la ONU. "Si bien ha habido un crecimiento impresionante en la energía eólica y solar, el mundo aún está lejos de alcanzar lo necesario para prevenir los peores aspectos del cambio climático", dijo en este sentido Holz.