Dos novelas que tienen a la provincia de Santa Fe como escenario, una donde la violencia se hace presente por el devastador paso de la compañía La Forestal y otra en la que los personajes transitan hambrientos por un campo en un escenario distópico, dan cuenta de las nuevas narrativas de jóvenes escritores que abordan historias donde la oscuridad sella el destino de sus protagonistas.

Las novelas

«Tanino»

«Tanino», de Pablo Cruz (Contramar), que transcurre en un pueblo fantasma arrasado por la explotación del quebracho, abre con la aparición de caballos asesinados por una mano desconocida y de una muchacha inglesa que tensará el deseo de los varones, Daniel y Chamorrito, que aprovechan la excusa de la presencia de la mujer para poner en escena viejos rencores.

Narrada en clave de género noir, «Tanino» es una novela no lineal, fragmentaria, de tempo saeriano, en la que el misterio y la investigación policial se despliegan en una narración donde el lenguaje coloquial se vuelve una poética fina.

Esta obra, primera novela de Cruz, fue finalista del premio del Concurso Nacional de Nouvelles, de la Editorial Municipal de Rosario, en 2018.

«Los carneantes»

Por su parte, «Los carneantes» (Palabrava) planta su trama en el corazón de la pampa gringa y también coquetea con el género, en este caso una mezcla de distopía y gótico rural, donde un grupo de personajes encabezados por el Pino, la Chilena y el Monje transitan un campo hambreado, asolado por unos seres extraños llamados Zuritas y por la nubla, un fenómeno meteorológico, omnipresente, que condiciona la vida de esos que se reúnen al calor y la sangre de la carneada.

El universo de la novela es desaforado, cruel, sangriento, y las escenas se suceden con una plasticidad gore, animadas por una voz narradora que se inventa a sí misma, que toma de la oralidad su cadencia y su picardía.

Franco Rosso publicó entre otros libros, la nouvelle Mandarinas (EMR) y la novela Los idos, Primer Premio del Fondo Editorial Municipal de Rafaela, 2019.