1– Julio Cesar Falcioni: "Un DT muy duro y muy laburador. Julio prioriza lo físico, su preparador físico te mata. Físicamente, te saca todo y mucho más".

2– Héctor Cúper: "Gran entrenador. Héctor trabaja exactamente igual con todo el plantel, no establece diferencias entre titulares y suplentes. Me dirigió en Grecia, al principio no tenía mucha onda conmigo, no me hablaba. Se dio cuenta de que siempre le metí para adelante y terminamos construyendo una excelente relación".

3– Luis Zubeldia: “¡Un loco hermoso! Luis es un obsesionado por el fútbol. Nunca me voy a olvidar cuando estábamos realizando un trabajo táctico y lo veo tirado cuerpo a tierra. Cuando terminó la práctica, me acerqué y le pregunté por qué había decidido mirar el entrenamiento acostado boca abajo. Me respondió: «Es para observar desde esa perspectiva el retroceso de la última línea». Una locura que solo a Luis se le puede ocurrir”. 

4– Diego Cocca: “Un fanático de la táctica. Con Diego pasas muchas horas entrenando distintos sistemas y diferentes salidas con pelota desde abajo. Cuando Diego me dirigió en Huracán tuvimos un entredicho, se enojó, pero rápidamente hablamos y aclaramos las cosas. Me entendió. Los dos lo consideramos un malentendido y quedó todo bien entre nosotros”.

5– Roberto Battión: “Un amigo que me dio el fútbol. Roberto es un fenómeno como persona y como futbolista. Es de las personas más nobles que conocí en el medio. Al “Grandote” lo quiero mucho”.

6– Edgardo Bauza: “¡Un crack! El Patón tiene un gran sentido de pertenencia con Central. Bauza primero me formó, después me acompañó, hasta que finalmente confió en mí y me dio la posibilidad de jugar en la primera y cumplir el sueño de debutar en Rosario Central. A pesar de que después con él casi ni jugué, eternamente agradecido al Patón”.

7– Rodrigo De Paul: “Futbolista de élite. Es un pibe muy sano y muy profesional. Además, es muy gracioso, siempre está de buen humor, tiene una sonrisa contagiosa y vive rompiendo los kinotos (risas). Su forma de ser le hace muy bien a cualquier grupo que le toque integrar”.

8– Miguel Brindisi: “Un ser encantador. Lo conocí en México, me bancó e hizo lo imposible para que vuelva a entrenarme con el plantel de primera. Después me llevó a Huracán y no lo pude disfrutar porque al cuarto partido lo echaron. Insólito lo que me pasó con él ahí”.

9– Mauro Camoranesi: “¡Un personaje divino! El “Gordo” es un jugador extraordinario. Eso sí, no hay partido que no le salte la térmica. Recuerdo un partido que le pegaron mal, le pregunté cómo estaba y me respondió: “No pasa nada, esta vez perdí”. Adentro de una cancha, era bravísimo Camoranesi”. 

10– Juan Ramón Carrasco: “El DT de personalidad más fuerte que me dirigió en toda mi carrera. Piensa siempre en atacar, todos los trabajos tácticos que hacíamos eran de la mitad de la cancha para adelante. Está muy convencido de su idea, en Fénix jugábamos con cuatro defensores, dos mediocampistas ofensivos, un enganche y tres delanteros. Para la recuperación de la pelota, nos repetía: “Está el arquero y cuatro defensores, alguno la tiene que recuperar”. Tenía mil jugadas, todas en ataque, y le aburría hacer entrenamientos en defensa. Juan Ramón se enojaba muchísimo cuando errábamos un pase, nos exigía la precisión que tenía él con su magnífica pegada. La anécdota inolvidable que tengo con Carrasco se dio previo a un entrenamiento, Juan Ramón entregó las diferentes consignas para realizar en la práctica y un compañero no entendió el trabajo que le asignó y le preguntó: “¿Juanca que debo hacer?”. Él lo miró mal y, caliente, le respondió: “¿Me dijiste Juanca? ¿A mí me llamaste Juanca? Vos sos consciente que después del presidente soy la persona más conocida de Uruguay y no sabes mi nombre. ¡Por favor… tómatela del entrenamiento!”. Se enojó en serio y lo echó. Tremendo momento… fue todo muy Carrasco”.

11– Eduardo Coudet: “Un animal entrenando. Al Chacho lo tuve de compañero en Rosario Central, no lo tenía y me sorprendió su nivel de exigencia en todos los entrenamientos. Era muy generoso, tenía contrato con la marca de las tres tiras y siempre que podía, a todos los juveniles que integrábamos aquel plantel, nos regalaba botines y zapatillas. Una sal la mía, nunca eran de mi número, nunca ligué un par (risas)”.