Patronato hizo historia en la Copa Argentina y embolsó por sus resultados en toda la competencia 500 mil dólares, el doble de lo que cobran los ganadores de la Copa de la Liga y la Liga Profesional. En un solo torneo ganó lo mismo que Boca, que se impuso en los otros dos campeonatos.

Sólo serían números si no se los comparara con lo que ganan los equipos en Brasil, principal rival de Argentina en todas las competencias internacionales.

Flamengo ganó la Copa Brasil tras derrotar a Corinthians por penales (una especie de final entre River y Boca) y sumó en todo el trayecto la impactante suma de 15 millones de la moneda americana. Imposible competir.

Arturo Vidal y la Libertadores (@kingarturo23)

No es casualidad que cada vez les resulte más complicado ser protagonistas de la Libertadores a los poderosos y a cualquier otro equipo de Argentina.

En 2022, River y Boca fueron eliminados en octavos de final y Vélez se coló hasta las semifinales porque en las instancias previas enfrentó a rivales argentinos.

Pero en el grupo de los cuatro mejores lo ajustició Flamengo con un global de 6 a 1.

Y el otro finalista, por supuesto, fue brasileño. Athletico Paranaense sorprendió a Palmeiras y se metió en su segunda final continental. El sábado pasado, el Mengao festejó su tercera Copa y la única participación argentina, además de un suplente en el equipo perdedor, fue la terna arbitral.

La Confederación Sudamericana tuvo que elevar la puntería para entregar más y mejores premios que la Copa Brasil para que los equipos brasileños no prioricen la Copa de su país en desmedro de la Libertadores.

Las distancias económicas son gigantescas y atentan directamente contra la competitividad de un torneo que ya hace unos años es desigual.

Para muestra basta con señalar que en el banco de Flamengo está Arturo Vidal, la megaestrella del fútbol chileno que alguna vez coqueteó con Boca y donde sería titular inamovible. Pero Boca no pudo ni hacerlo dudar, no pudo competir económicamente con el Fla.

¿Cómo harán River, Boca, Racing, Argentinos, Huracán y Patronato para jugar con chances en 2023 frente a rivales que por la calidad de sus planteles ya empiezan a pelearles de igual a igual a los mejores de Europa?

Por ahora sólo hay para ofrecer lo de siempre: la genética competitiva del futbolista argentino que a veces equipara fuerzas. 

Así como las diferencias son cada vez más grandes en el fútbol local, la perspectiva se extiende cuando se cruzan las fronteras.

Una prueba de las diferencias internas es que Lucas Merolla, capitán y figura de Huracán, probablemente sea comprado por Boca, que disputará las mismas competencias que el Globo, pero con un presupuesto mucho mayor.

Es la ley de estos tiempos. Salvo excepciones, como la de Patronato en la Copa Argentina, que permite esos batacazos por su sistema de disputa, la mayoría de las competencias futbolísticas son cada vez más desiguales.

Por suerte, cada cuatro años se emparejan las fuerzas cuando se disputan los mundiales. Desde Corea-Japón 2002 hasta aquí, los campeones fueron siempre diferentes.

No estaría mal que esa tendencia se mantenga en la inminente cita de Qatar.