El paro en los puertos cerealeros del Gran Rosario lleva ya siete días y ahora el frente gremial se abroquela para sumar fuerza en una contienda en las que la negociaciones están frenadas.

En efecto, el Sindicato Aceitero de San Lorenzo y la Federación de Trabajadores Aceiteros, que tienen muchas diferencias ideológicas y de prácticas, emitieron esta tarde un comunicado conjunto “por un salario digno” en el que exigen aumentar un 25% salario básico inicial (que es de $68,000) más una suba del 35% (un 25% ya fue otorgado) y un bono por haber trabajado en pandemia. Los gremios, que ahora paran juntos, coincidieron ahora en evaluar el jueves a la tarde si siguen con la huelga.

En rigor, el complejo portuario del Gran Rosario hace un mes que no opera normalmente al haber estado atravesado por distintas medidas de fuerza de distintos gremios. Pero desde hace 7 días la huelga es total en las plantas aceiteras. Sólo en los dos puertos de ACA (San Lorenzo y Timbués) y uno de ADM, que lograron acuerdos particulares con el gremio de recibidores de granos (Urgara), que van al paro junto con los sindicatos aceiteros, el resto de las terminales cereleras están paradas.

Las terminales que ya acordaron con Urgara aceptaron un básico de 96.449 pesos mensuales para el escalafón más bajo que se ajusta a 107.545 pesos a partir de enero próximo

Las empresas ratificaron su compromiso de un aumento que equipare a la inflación del Indec, aclaran que -sumando adicionales- el salario básico ya está en $100 mil al mes y resaltan que el “bono pandemia” viene con una suba del 176% que las obligaría a tomar deuda por $1,000 millones para pagarlos.

El lunes, y tras una reunión de 10 horas en el Ministerio de Trabajo de la Nación, las partes no lograron un entendimiento y se retiraron mucho más alejadas de lo que entraron. Ahora, las conversaciones están paralizadas y ambas partes se muestran los dientes. Particularmente, las empresas no quieren ceder ante lo que consideran son propuestas totalmente fuera de contexto.

Según cálculos privados, el paro cuestas u$s100 millones al día por los costos extra de tener las plantas paradas y las demoras en los buques, eso sin contabilizar el retraso en el ingreso de dólares al país y en el cobro de retenciones. Si a eso se le suma que el sistema informático de la Afip no está funcionando bien, se puede decir que el mercado de granos está prácticamente paralizado.

Además de calificar de desmedidos los pedidos de aumento, las empresas sostienen que no están dadas las condiciones para afrontarlo por la alta capacidad ociosa, el aumento de precios de los granos, los costos logísticos extra de la bajante del río; entre otros.

Las terminales que ya acordaron con Urgara aceptaron un básico de 96.449 pesos mensuales para el escalafón más bajo que se ajusta a 107.545 pesos a partir de enero próximo

“Los gremios profundizaron hoy las medidas de fuerza e impidieron, lisa y llanamente, el ingreso de todo tipo de personal a las plantas industriales facultado para tomar medidas de seguridad para prevenir riesgos ambientales y daños a las instalaciones. Esas medidas exceden el legítimo ejercicio del derecho a huelga”, destacó la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara). “Otro perjuicio de la situación es la acumulación creciente de salarios caídos de sus representados por su estrategia negociadora”, advierten.

Por el lado de los gremios, en el comunicado conjunto difundido este miércoles, dijeron: “¿Alguien puede creer, como dicen, que estas empresas no pueden afrontar un aumento salarial para sus trabajadores? ¿Por qué los trabajadores debemos resignarnos a simplemente “acompañar a la inflación” como pretenden las patronales? Eso es un congelamiento salarial. ¿Cómo va a reactivarse la economía si no es con el consumo de las mujeres y los hombres que trabajan?Lo cierto es que en Argentina han duplicado su facturación en pesos desde marzo de este año, tanto por el incremento del precio de la soja y las commodities como por la devaluación, la rebaja en las retenciones y la vuelta del diferencial para las aceiteras; todo mientras el mundo sufre la consecuencia del COVID-19”.