Desde que saltó al centro de la escena política con el conflicto de las retenciones móviles en 2008, el campo -como actor social y económico- despierta todo tipo de pasiones a favor y en contra. Desde ser endiosado como el más pujante y competitivo sector de la economía nacional hasta ser denostado como el gran especulador y evasor. Y esas características que le atribuyen copan las conversaciones públicas cada vez que estalla un conflicto entre el campo y el gobierno, como el que ocurrió esta semana con el paro de la Mesa de Enlace por el cierre temporario de las exportaciones de maíz.

Esteban Hernández, es un empresario agrícola de Rosario de reconocida trayectoria en la región no sólo en el mundo de los los negocios sino por su vocación académica. Referente de la Fundación Apertura, con tránsito usual por la Bolsa de Comercio de Rosario pero también como miembro del comité de expertos que asesoró ad honoren a Hermes Binnes en mandato como gobernador de Santa Fe, se puso a indagar en profundidad sobre los mitos que rodean al campo buscando hallar las verdades dejando afuera los prejuicios. A continuación, un repaso por los 10 principales mitos y el análisis textual de Hernández:

1) El campo es el gran evasor. “En el imaginario ciudadano se ha instalado el mensaje de que el campo evade. Los datos oficiales de la Afip sobre evasión potencial de los distintos sectores hace años que no se publican. Pero al analizar la distribución sectorial de la deuda regularizada en las distintas moratorias se puede inferir cuales son los sectores que más evaden. Si analizamos la deuda presentada en la última moratoria según los sectores de la economía, salta que el agro y la ganadería, con el 5,40% del monto, es uno de los de más baja evasión. A ese ránking lo encabeza la Industria, con el 20,50%; Comercio (por mayor, por menor y reparaciones), con el 16,60%; Transportes y Almacenamiento, con el 10,40%; y finalmente Servicios profesionales, con 6,10% etc”.

2) El campo es la oligarquía y el sector más concentrado de la economía Argentina. “Al revés de lo que mucha gente piensa, el campo es el sector menos concentrado de la economía, ningún productor solo o asociado puede fijar los precios de sus productos o cerrar el mercado interno para subir los precios de sus productos. Entre las 200 empresas que más facturan en la Argentina,ninguna es agropecuaria. Muchos confunden a las aceiteras como productores agropecuarios, pero esta son sector industrial exportador y de capitales internacionales en su inmensa mayoría”.

3) El campo tiene súper-renta. “Los periódicos informes del Ministerio de Agricultura muestran que el campo tiene una rentabilidad de entre -1,5% y +3, 5% (año 2020) anual sobre el capital invertido, esto antes del impuesto a las ganancias. Además, si sumamos el costo de fertilizar para cubrir los nutrientes que se pierden cada año, el resultado es más ajustado”.

4) El campo maneja los dólares del país. “El productor cobra en pesos, al dolar oficial y neto de retenciones. Esto es importante para que la ciudadanía entienda que el sector rural no puede generar corridas o acaparar divisas”.

5) El campo maneja el precio de los alimentos. “El primer costo de los alimentos es impositivo, entre 30 y 45% entre impuestos nacionales, provinciales y municipales. El segundo costo es de logística, en donde los impuestos en el gasoil, lubricantes, cubiertas y equipos nuevos representan casi el 40%”.

6) El campo no genera empleo, la industria sí. “La estadística oficial muestra que tanto la industria como el sector rural cada vez generan menos empleo directo. En el caso de la industria esto es reconocido por los profesionales pero no por la ciudadanía, que al revés piensa que la industria sigue generando mucho empleo directo. Y además el campo genera mucho empleo indirecto que genera. Si bien las estadísticas no son precisas, el sector agroindustrial genera entre el 25% y el 30% de los empleos privados del país”.

7) El campo es el que más contamina. “Las estadísticas oficiales del Ministerio de Salud de la Nación muestran que la industria y las actividades económicas urbanas son responsables absolutamente mayoritarios en cantidad de casos de enfermedades atribuidas a la contaminación, incluidos los cáncer que pueden ser atribuidos al uso incorrecto de agroinsumos”.

8) El campo pone en riesgo la soberanía alimentaria y/o la seguridad alimentaria. “El concepto de soberanía alimentaria nació en Europa después de la Segunda Guerra, y fruto de ello se subsidia fuertemente al productor primario, porque quieren tener provisión de alimentos para su población. Lo mismo hacen Estados Unidos y Japón. En Argentina, por el contrario, donde los alimentos son abundantes, y pese a una de las mayores cargas tributarias comparadas, se enarbolando la soberanía alimentaria sobrecargando de impuestos al sector primario provocando que en 18 años desapareciera el 29% de los productores agropecuarios del país. Brasil con Lula, Bolivia con Evo, Chile con Bachelet y Uruguay con Mujica, no pusieron retenciones al agro y le sacan impuestos a los productores chicos, resultado han sostenido a las familias rurales en actividad”.

9) Productores grandes se quedan con el negocio de los productores chicos. “Los datos catastrales muestran que los campos en los que el productor vende para retirarse del mercado son comprados para la expansión de la mancha urbana que en 30 años se triplico, por inversores de afuera del sector que lo hacen como reserva de valor, y por amigos del poder que generan importantes excedente con mecanismos sumarios”.

10) El campo debe subsidiar a otros sectores. “El campo subsidia a la industria curtidora desde hace muchísimos años, lo mismo que a la industria del aceite (3% del precio de la exportación), pero otros sectores como la industria tecnológica, las empresas radicadas en San Luis o Tierra del Fuego, el subsidio sale de los impuestos que pagan todos los contribuyentes. Un tema poco hablado es la necesidad seguir subsidiando a la industria petrolera, que es contaminante está concentrada y genera pocos puestos de trabajo. ¿No es hora de plantearnos poner estos subsidios en molinos de viento o paneles solares que potenciarán el desarrollo del interior profundo con energías amigables con el medio ambiente? El año pasado 12 empresas petroleras recibieron en subsidios 2.500 millones de dólares, más del 40% del monto generado por las retenciones del agro”.