El Banco Central (BCRA) bajó de categoría a cinco bancos con base o fuerte impronta en la región, como el Banco Municipal, Meridian, Coinag, del Sol y Transatlántica Compañía Financiera.

Antes, el BCRA definía a los bancos en clase A y en clase B en base a comparar los activos promedios que tenían en los meses de julio, agosto y septiembre del año anterior con los activos promedios del sistema. Los bancos clase A eran los que tenían por encima el 1% por encima y los que tenían hasta el 1%. De esa forma, se diferenciaba al lote de los primeros 20 bancos del sistema del resto de las entidades.

Pero la circular A 7134, emitida el pasado viernes a última hora, creó una nueva categoría que es la C. Según se dispuso, los que tiene por encima del 1% siguen siendo clase A, los que tienen entre 1% y 0.25% son clase B y los que tiene menos de 0.25% son clase C. En esa nueva categoría ingresaron 46 entidades, entre ellas los 5 bancos citados más arriba.

La caída de categoría no significa advertencia alguna sobre la solidez de los bancos, y tampoco supone castigos o exigencias a las entidades involucradas. 

A los efectos prácticos, la resolución del Banco Central lo que hace es poner en blanco sobre negro el tamaño de cada entidad. Dato que no es menor ya que, en un sistema bancario que se concentra, el volumen que maneje cada entidad es parte vital para su supervivencia y desarrollo ya que le permite afrontar los crecientes costos.  

En ese sentido, aflora un gran desafío para los bancos más chicos. Es que al bajar la tasas de interés de las Leliq (que en tiempos de Maurico Macri estuvieron por las nubes generando un importante renta, ya que los intereses que cobraran era mucho mayores de lo que pagaban por depósitos) se encuentran ahora con resultados muchos más ajustados y le afloran los temas pendientes internos por resolver para mantener los números en positivo. Por ejemplo, tamaño de estructura, productividad  de los recursos humanos, eficiencia de los sistemas informáticos, agresividad de la estrategia comercial y volumen de negocios.

Por definiciones, así como las casas de cambio tienen gran rentabilidad en tiempos de corrida (por los spread que se generan entre el precio comprador y vendedor), en los bancos, cuando hay tiempos de altas tasas de interés, los resultados son buenos. Pero cuando hay estabilidad empieza a pesar más el volumen de los depósitos y el peso del costo operativo.

En el caso del Municipal, el peso de la estructura laboral que heredó de sus antecesores la gestión de Pablo Javkin, muy por encima del promedio del mercado comparada con los otros bancos chicos del sistema, explica los desafíos que enfrenta ahora que no tiene la renta fácil de las Leliq de la que gozó hasta el año pasado. En concreto, de la categorización nueva surge, que el Banco Municipal tiene el 0.18 por ciento de los activos del sistema.